El grupo tercero queda a la espera de configurarse de cara a la 2019-20
Nàstic y Reus todavía no conocen a sus rivales, pero lo que está claro es que será una temporada más que competida
Gimnàstic de Tarragona y CF Reus (siempre que acabe competiendo en la categoría de bronce) ya conocen cuáles pueden ser sus rivales en el grupo tercero de Segunda División B de cara a la próxima temporada.
Las eliminatorias de ascenso finalizaron ayer y, con todos los descensos confirmados desde hace semanas, aparte de algún ascenso que también estaba hecho, los equipos que se muestran en el gráfico adjunto son los que pueden quedar encuadrados con el Nàstic y con el Reus de cara a la temporada 2019-20.
Para confeccionar este artículo, se han tenido en cuenta las Comunidades Autónomas que configuraron la pasada temporada el grupo tercero de Segunda B. O sea, Cataluña, que es la mayoritaria, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Aragón. Este año, si se suman los equipos de estas tres comunidades, aparecen 23 equipos, siempre teniendo en cuenta que el CF Reus competirá, aunque esta circunstancia sigue siendo una incógnita.
Si los de la capital del Baix Camp entran en competición, de estos 23 conjuntos, tres se tendrían que marchar a uno o varios grupos, o bien el primero, el segundo o el cuarto. Hay infinitas posibilidades, pero tendrá que ser la Real Federacíon Española de Fútbol (RFEF) la que tome la determinación sobre este asunto.
Lo más sencillo echando un vistazo al mapa adjunto sería enviar los tres equipos baleares a otro grupo. De esta manera, el tercero se quedaría con sus veinte equipos y conjuntos de la misma Comunidad Autónoma no tendrían que emigrar a ninguna otra agrupación.
Como a Segunda División B tanto los equipos baleares como los que se desplazan tienen subvención de la Federación en materia de desplazamientos, no representaría un grave problema ni para Atlético Baleares, ni para Ibiza ni para Peña Deportiva, los tres conjuntos baleares que han quedado a Segunda B después del ascenso de este último y de qué el primero no pudiera subir ayer a pesar de estar a punto de conseguirlo contra el Mirandés. Los baleares remontaron un marcador adverso y ganaron 3-1, aunque les pesó demasiado la derrota 2-0 a la ida.
Tampoco sería descartable una fórmula parecida, pero con los conjuntos valencianos. La Nucía, Orihuela y Hércules podrían jugar al grupo andaluz, de forma que los tres baleares seguirían jugando contra los catalanes y el cambio no sería tan dramático.
Otras opciones
Hay, sin embargo, otras opciones. Ebro y Ejea se han quedado como únicos representantes aragoneses después del intento fallido de ascenso del Tarazona, el cual dobló la rodilla ante el Alavés B. Si estos dos conjuntos se marcharan al grupo del norte, que está donde han jugado habitualmente los aragoneses, uno de los baleares (cómo sucedió con el Ibiza la pasada temporada) o uno de los valencianos tendría que cambiar de agrupación, ya que, si no, el grupo tercero no llegaría a los veinte conjuntos.
El hecho es que el verano, tanto para el Nàstic como para el Reus, no será tan sólo movido por las altas y las bajas en el caso de los tarraconenses o por los problemas económicos, en el caso de los de la capital del Baix Camp. Pase lo que pase, se prevé una Segunda División B Bonita, apasionante y con equipos que lucharán, como siempre, para subir o para no descender. Hay que recordar que la categoría de plata del fútbol español es una de las más complicadas de todas, ya que tan sólo cuatro conjuntos consiguen el ascenso a Segunda A, de los ochenta que entran en competición. Por el contrario, este año han bajado un total de dieciocho equipos a Segunda División B. Un reto mayúsculo para dos equipos que ya lo están viviendo.