Rodrigo Cuenca se tendrá que buscar una salida después de la enésima cesión

Rodrigo Cuenca se tendrá que volver a marchar. Todavía no ha aterrizado en Tarragona y el delantero ha visto cómo le han vuelto a mostrar la puerta de salida. El futbolista de 23 años, contratado la pasada temporada hasta el 30 de junio del 2022, no ha convencido después de sus constantes cesiones y tendrá que buscarse un nuevo destino, ya que no cuenta para el club. No queda claro si será en forma de un nuevo préstamo o si, como parece más probable, será mediante una rescisión de contrato.

Cuenca es, de los jugadores con contrato, el que el club tiene más claro que no cuenta con él. Otro caso similar es el de Berat Sadik, que tiene que encontrar un nuevo equipo antes de que empiece la temporada porque no cuenta. Javi Márquez también tiene contrato en vigor y existen tantas posibilidades que se quede como que no, ya que el club duda si tiene que ser una de las piedras angulares de la próxima campaña. El meta Bernabé Barragán, que parece que se convertirá en uno de los culebrones del verano, cuenta al cien por cien para los técnicos, pero tiene cartel y probablemente abandonará el Nàstic, siempre que abone una buena cantidad. Mohammed Djetei es un caso diferente, ya que el club tiene puestas muchas esperanzas en él y es toda una incógnita qué será de su futuro.

Rodrigo Cuenca ya militó en el Nàstic, concretamente en su filial CF Pobla de Mafumet, durante la campaña 2016-17. Fue en calidad de cedido por parte del Atlético Baleares. En la siguiente temporada se lo fichó de forma definitiva, pero su caso es uno de los más extraños que se acuerda, ya que todavía no ha disputado ni un minuto con el Nàstic y todo parece indicar que tampoco lo acabará haciendo.

Cuenca fue cedido al principio de temporada al Ebro del grupo tercero de Segunda División B. Ni convenció ni tuvo mucha participación, con la que el club grana y el futbolista decidieron cambiar su destinación|destino. Su ex Atlético Baleares lo acogió con los brazos abiertos, pero tampoco cuajó. De hecho, a pesar de ser delantero nato, acabó jugando de lateral derecho, una posición que era desconocida para él. En el Ebro disputó ocho partidos (213 minutos) y en el Baleares cuatro (148). Unas cifras que no invitan a su retorno.