La Federación excluye en el CF Reus de Segunda División B por no presentar el aval
La entidad estatal sí que le permite competir en Tercera y el filial a Primera Catalana pero eso tampoco lo tiene garantizado por los impagos
Nuevo revés para el CF Reus. Ayer al mediodía la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) emitió ayer un comunicado en el cual anunciaba la expulsión del Reus de Segunda División B y también la del filial de Tercera División, permitiéndolos, eso sí, jugar en una categoría inmediatamente inferior. Es decir, en un principio el Reus podría competir en Tercera y el filial en Primera Catalana.
La RFEF detalla que advirtió al club reusense de la obligación contenida del artículo 105 del Reglamento General Federativo, en el cual se expone que «los clubs que en cualquiera de las tres últimas temporadas haya tenido resoluciones de la Comisión Mixta, como consecuencia de deudas vencidas, exigibles y acordadas por este órgano, tendrán que presentar un aval de 200.000 euros».
Fecha del 3 de julio, la RFEF aportó al Reus información «amplia, precisa y clara» en relación al régimen aplicable al aval y la motivación que justificaba su exigencia en el club. En esta misma comunicación, le concedieron al club del Baix Camp un plazo máximo que expiraba el miércoles de la semana pasada, 10 de julio, a las 12 del mediodía. Según detallan desde la RFEF, aquel día lo que reciben es un escrito por parte del Administrador Concursal, David López, para solicitar «la paralización de la citada exigencia de constitución del aval durante un plazo máximo de una semana, eso es, hasta el próximo martes –día 16–, ofreciendo una caución por importe de 150.000 euros». Como el club no ha cumplido con el plazo inicialmente concedido ni de la extensión solicitada, la RFEF decidió excluirlo de la competición y devolver «cualquier cantidad que el club haya podido ingresar en concepto de seguro en caso de impago».
Además, la federación sí que permite en el Reus competir a Tercera División, afectando así al filial que tendría que militar en esta liga pero que, por el descenso administrativo del primer equipo, también tendrá que inscribirse a la liga inmediatamente inferior, es decir, Primera Catalana.
No hay nada seguro
Con todo, que el Reus pueda competir en Tercera y el filial en Primera Catalana también está en duda. Desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) apuntan a Diari Més que «si el club no atiende al orden de pago cursada por la Comisión Mixta, esta informará la RFEF de que este club no está al día de pagos para que la federación adopte la decisión de que proceda». Estos pagos corresponden a los del filial, que hasta ahora militaba en Tercera. Por lo tanto, si el club no abona las correspondientes nóminas a estos jugadores, tampoco tiene clara su participación en Tercera.
Con respecto a la reestructuración de las diferentes ligas afectadas. La Federación Catalana de Fútbol (FCF) emitió ayer un comunicado en el cual argumentaba que «hasta que la RFEF no determine cómo quedará cubierta la vacante del grupo III de Segunda B», no decidirá sobre cómo quedarán las ligas de Tercera División y Primera Catalana.
Ahora se abre un periodo en el cual algunos clubs de Tercera podrían optar a comprar la plaza de Segunda B que deje libre el Reus. La temporada pasada fue el Ibiza quien compró la plaza del Lorca, también descendido por impagos. Esta compra se produjo a principios de agosto, cuando todavía quedaba menos tiempo para el inicio de las respectivas ligas. En este caso, la RFEF decidió seguir el artículo 194 del Reglamento General el cual estipula en qué orden será asignada la vacante. Según este artículo, los primeros conjuntos a poder optar en la plaza del Reus son todos aquellos que militan en el grupo quinto de Tercera División siguiendo el orden en el cual quedaron clasificados, por lo tanto, l'Hospitalet y el Horta son los que parten con más ventaja para hacerse con la plaza del conjunto reusense. En caso de que ninguno de los equipos de Tercera División quieran comprar el puesto, el siguiente al poder hacerlo será el equipo que haya bajado de Segunda B a Tercera y sea de Catalunya, es decir, el Peralada. Siguiendo el reglamento, si el equipo gerundense tampoco quiere hacerse con esta plaza de la división de bronce del fútbol español, los siguientes a tener la oportunidad de comprarla serán todo el resto de conjuntos que militen en cualquier grupo de Tercera División y, si tampoco hay ningún club interesado, los últimos al poder comprar la vacante son los conjuntos que bajaron de Segunda B a Tercera, independientemente de la Comunidad Autónoma en la cual pertenezcan. Ahora, hay que saber si la RFEF aplica este artículo y cuál es el precio de la plaza.