Árbitro de Segunda División B
«El arbitraje me apasiona, es lo mejor que he hecho en mi vida»
El colegiado tarraconense ha estado cinco años silbando partidos a Tercera División y, este año, ha sido cuarto árbitro en el Trofeo Joan Gamper, en el Camp Nou
Gonzalo Romero Freixas es un árbitro de Tarragona que este año ha conseguido el ascenso a Segunda División B. Él es el segundo tarraconense que estará en esta categoría como colegiado la temporada que empieza. Romero sumaba 5 años pitando partidos en Tercera División y fue candidato al ascenso en tres ocasiones. La primera el primer año y las otras en las dos últimas temporadas, siendo este tercer nombramiento, la definitiva para poder subir de categoría a Segunda División B.
—¿Cuándo empezó a arbitrar?
—Empecé con 14 años, pero con 13 fui al comité a preguntar cómo se tenía que hacer para ser árbitro con mi padre y hasta los 14 no podíamos debutar porque así lo indica el reglamento.
—¿Cuál fue el primer partido?
—Era un Santes Creus - Altafulla de la categoría prebenjamín y poco a poco fui subiendo de categorías hacia benjamín, alevín.
—¿Le gustó el primer enfrentamiento?
—No, no me gustó nada. De hecho, quise dejar el arbitraje tan pronto como finalizó el partido, lo dije en mundos padres pero ellos me ayudaron. Cuando acabó el partido y entré en el coche me eché a llorar porque, claro era a un niño de 14 años. Mis padres me ayudaron y, el día siguiente, que también tenía partido, me llevaron y en este segundo partido, en Mont-roig, ya me empezó a gustar.
—¿Qué es lo que no le gustó?
—Pues la gente, el público, que fue en contra mía. El campo era de tierra, era un día lluvioso, y no me esperaba que el arbitraje fuera así, la gente me decía muchas cosas y eso que era un niño de 14 años y no me gustó la sensación.
—¿Ha tenido más problemas de este estilo con la grada?
—Sólo uno grave en Tercera Catalana. Estuve en Sant Jaume dels Domenys, donde salí escoltado por los mossos. Tuve que parar el partido porque peligraba mi integridad física pero la verdad es que he tenido suerte en este aspecto porque nunca me ha pasado nada.
—¿Qué piensa de este comportamiento de la afición?
—Pienso que se está mejorando mucho. Todavía queda mucho trabajo por hacer pero la federación, poco a poco con estas iniciativas que tiene y con todas estas campañas que realiza, está arreglando la situación. Con todo, todavía quedan los típicos padres en que incitan a la violencia y que no se comportan de forma adecuada sobre el terreno de juego.
—¿Porque empezó a arbitrar?
—Porque yo sabía que, con 14 años, ya no sería nadie en el mundo del fútbol y veía al árbitro y tenía interés en su figura y me puse. Obviamente con 13 años no te pones por dinero porque no sabes nada de lo que cobrarás. Únicamente te metes por interés de saber y conocer la figura del árbitro, saber que se siente estando en el centro del campo. No me metí por nada más que interés por conocerlo desde dentro.
—¿Se ha planteado dejarlo? Aparte del primer partido.
—Nunca. El arbitraje me apasiona, es lo mejor que he hecho en mi vida. Es mi vida y no me he planteado nunca más dejar el arbitraje.
—¿Ha pitado algún duelo en el Nou Estadio, como se ha sentido?
—Son sensaciones muy bonitas porque yo jugué a las categorías inferiores del Nàstic y, obviamente, cuando juegas aquí, cualquier jugador sueña al llegar al primer equipo. Pasarme a la figura del árbitro y, unos años después, dirigir un partido dentro del Nou Estadi es espectacular. Yo nunca había arbitrado en un campo con 2.000 o 3.000 personas y son sensaciones increíbles.
—La semana pasada hizo de cuarto árbitro al Camp Nou, por el Trofeo Joan Gamper. ¿Cómo lo vivió?
—Es increíble. Tengo que agradecer al comité que nos mujer este premio para subir de categoría. Cuando sales al terreno de juego y el árbitro da el silbido inicial y ves que tienes 98.000 personas mirándote, allí es cuando te das cuenta de ello hasta donde has llegado y lo que has conseguido. La verdad es que es increíble.
—¿Cómo lo seleccionaron?
—Todo está seleccionado por el Comité Nacional que escoge al árbitro y a los asistentes, que son de Primera División, y el cuarto que lo selecciona el Comité autonómico de donde se juega el partido, en este caso el de Cataluña.
—¿Se veía preparado para sustituir al árbitro si este se hacía daño?
—Me lo habían planteado la verdad. Como anécdota, el árbitro me había comentado que tenía la rodilla un poco mal. Obviamente, si hubiera pasado, que sabía claramente que no pasaría porque no es un partido donde los árbitros arriesguen el físico, pues lo habría hecho seguramente, sin ningún problema.
—¿Este año ha subido a Segunda B, como afronta el reto?
—Con mucha seguridad porque hace 5 años que estoy en Tercera División preparándome para este salto. Es un salto importante, una categoría, un ritmo y unos equipos totalmente diferentes. También es diferente porque viajas, ya no pitas nada por Cataluña, vas por otros lugares de España, pero yo creo que me adaptaré lo suficiente rápido para estar al nivel de la categoría.
—¿Le hace ilusión estar en esta categoría?
—Es una cosa que llevaba buscando hace 5 años, desde que fui presentado para subir hasta este último año que volví a ser presentado, es una ilusión enorme. La liga empieza en 10 días y ya tengo muchas ganas de recibir la primera designación y saber dónde será mi debut.
—¿De estos 5 años en Tercera, cuántas veces ha sido candidato al ascenso?
—En total tres años. El primero fue sólo subir a Tercera y después estos dos últimos años.
—¿Confía en llegar a Segunda A y Primera División?
—Llegar hasta Segunda B ya es muy difícil, llegar a la liga de fútbol profesional es increíblemente complicado, casi imposible pero tenemos que confiar y tenemos que trabajar muy intensamente para llegar. Siempre se tiene que soñar a lo grande y, por qué no, conseguirlo.
—¿Cuál es su sueño?
—Desde que empecé que mi sueño es arbitrar a Primera División obviamente. Desde que empecé, desde que subí a Primera Catalana con 18 años, desde que subí a Tercera con 19 años y desde que subo a Segunda B con 25 años, mi sueño es llegar a la máxima categoría posible, como seguramente será el sueño de todos, llegar al máximo que puedes aspirar dentro de una empresa o cualquier trabajo.
—Tiempo tiene mucho.
—El tiempo está aquí, tengo bastante, pero se tiene que trabajar de lo lindo para conseguirlo. El tiempo no es un obstáculo para llegar a la categoría que tú quieras sino que tienes que trabajar mucho y estar en el momento adecuado.
—Por lo que comenta, ha subido a toda prisa en algunas categorías. ¿Cuál ha sido la clave?
—Sí, es cierto que llegué con 19 años a las categorías más altas territorialmente y eso principalmente ha sido gracias a un trabajo interno mío y del comité de Tarragona. Fernando García Moreno que era el delegado de Tarragona en aquellos tiempos fue lo que apostó por mí y gracias a eso pude subir a estas categorías tan rápidamente. Después cuando llegas a Tercera el salto en Segunda B es muy grande y se tiene que trabajar mucho para conseguirlo.
—De Tarragona es de los pocos que han conseguido este ascenso. ¿Se ve como un referente?
—Somos un par de árbitros, Josep Subirats Matamoros y yo. Él ya hace 4 o 5 años que está en esta categoría. Es verdad que, cuando llegas al Comité, te sientes como alguien en quien muchos se miran e, incluso, te lo dicen, pero yo hace 9 años estaba en aquel sitio y miraba la gente de Tercera y Segunda B queriendo ser uno de ellos y cuando lo has conseguido y ves como la gente aprecia este trabajo te sientes muy orgulloso.
—¿Cómo recibió la noticia del ascenso?
—La verdad es que eso es toda una anécdota. Cuando me dijeron que subía a Segunda B estaba arbitrando y no pude coger el teléfono. Cuando acabó el partido, vi las llamadas del vicepresidente y rápidamente le llamé yo. Entonces me comunicó la noticia del ascenso y ya os lo podéis imaginar, todavía me quedaban tres partidos por pitar y la verdad es que no estaba demasiado atento al partido sino que pensaba en el esfuerzo de todos estos años y estaba muy emocionado.
—¿Igual que los clubs, jugó suplay-offde ascenso?
—Sí, además este año han sido dos. El primero lo tuve en la provincia de Zaragoza y el segundo en Ibiza. Son partidos donde los equipos se juegan mucho y están muy tensos, tienes que estar a un nivel muy alto. El segundo partido fue muy largo porque tuvo prórroga y con aquel acabé la temporada. Recuerdo que, cuando llegué al vestuario, me tiré en el suelo, me senté en las escaleras y pensé en todo el trayecto de la temporada, 14 partidos de Tercera y 2 play-offs , estaba agotado. Acabé con muy buenas sensaciones de los dos partidos y creo que el equipo hizo una gran tarea, así nos lo comunicaron los informadores y los directivos que vinieron a darnos apoyo.
—¿Tiene algún referente?
—Los máximos referentes a que tengo son los catalanes Estrada Fernández y Medié Jiménez, pero también Del Cerro Grande.