El CF Reus tiene que comunicar este miércoles en qué campo tiene intención de jugar

La Federación Catalana de Fútbol (FCF) ha exigido al CF Reus Deportiu que acredite qué campo utilizará para jugar con el equipo de Tercera División, o sea el A y qué estadio utilizará para el conjunto de Primera Catalana, que sería el B del club de la capital del Baix Camp.

El club tiene bloqueadas las inscripciones de licencias tanto de jugadores como de técnicos hasta que haga efectivo el pago de 2,2 millones de euros correspondiente a las deudas que arrastra de la pasada temporada, pero tanto el equipo de Tercera División como el de Primera Catalana están inscritos.

Independientemente de si después se los acaba expulsando o, no el Reus, como todos los clubs en categoría catalana o nacional, tiene que acreditar cuál será el campo en el cual disputará sus duelos, ya que tiene que tener una sede.

La FCF ha puesto encima de la mesa dos plazos. A lo largo del día de este miércoles, el club reusense tendrá que acreditar dónde jugará el equipo de Tercera División, el cual tendría que dirigir, en caso de que acabe compitiendo, Ramon Maria Calderé. El segundo plazo es jueves, cuando sea el turno del filial, que, si acabara compitiendo, lo haría a Primera Catalana.

En caso de que este miércoles no haya un campo definido, el equipo quedará excluido automáticamente de Tercera División y exactamente lo mismo sucederá el jueves con el de Primera Catalana.

El primer equipo de los reusenses realizó algún entrenamiento e, incluso, algún partido amistoso, pero no lo hizo en el Estadi Municipal de Reus, ya que el Ayuntamiento se lo tiene prohibido. Tampoco pudo hacerlo en ninguna instalación municipal de la capital del Baix Camp y se tuvo que marchar a la Floresta. El Ayuntamiento de Tarragona previo pago (cómo pasa con cualquiera de que quiera solicitar la utilización de una instalación deportiva) le permitió ejercitarse y la fórmula que tendrá que utilizar el CF Reus, en el caso remoto que pueda acabar compitiendo, será similar. Tendrá que buscar un campo en otro municipio que no sea Reus (siempre que no pueda alcanzar un acuerdo relámpago con el consistorio), conseguir el permiso y acreditarlo a la Federación Catalana.

Hay que recordar que hasta este pasado lunes el administrador concursal no desbloqueó los 30.000 euros que corresponden a los gastos de inscripción y de arbitrajes, aunque todavía el club no puede competir. Al menos, hasta que pague estos 2,2 millones de euros que, a día de hoy, parecen más que improbables.

El TAD deniega la cautelar

Por otra parte, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) denegó este pasado viernes la cautelar que pidió el CF Reus para poder jugar a Segunda División B. El administrador concursal presentó el recurso durante el mes de julio, pero el TAD no ha encontrado ningún motivo para dejar competir a la entidad a la categoría de bronce del fútbol español.

Esta era una medida esperada, ya que habría supuesto un gran descalabro con la competición ya iniciada. Las deudas expulsaron al Reus de Segunda División A la pasada temporada y también este verano de Segunda B. La plaza de los de la capital del Baix Camp se la quedó la Andorra, que nunca pasó por Tercera División ya que acababa de ascender de Primera Catalana.