Galimany: «Ya sabíamos qué nos encontraríamos en el Mundial de Doha»
La atleta vallense, que consiguió una espectacular decimosexta posición, recuerda los mejores y los peores momentos de la cita
Marta Galimany ya está en casa. De hecho, el lunes volvió de Doha, donde disputó los Mundiales de atletismo, concretamente la prueba de maratón, donde consiguió una espectacular decimosexta posición. Podrá sorprender que se hable de espectacular cuando uno acaba la carrera decimosexto, pero por las condiciones de la carrera, por la temperatura, por la humedad y, sobre todo, por la entidad de las rivales, se trata de un gran resultado. La vallense se convirtió en el epicentro nacional del deporte mundial y no decepcionó.
Ver la carrera por televisión significaba comprobar como, cada kilómetro, cada minuto, una atleta se agotaba y otra caía al suelo sin fuerzas. Galimany, sin embargo, fue capaz de prever todas las situaciones y de temporizar una de las citas más duras que se recuerdan en el atletismo de larga distancia. «Estábamos prevenidos de lo que nos encontraríamos allí, salí con un ritmo muy cómodo, quizás más lenta de lo que tocaría, pero era el ritmo que habíamos acordado con mi entrenador», detalla la atleta, la cual asegura que no tuvo la tentación de decir basta: «En ningún momento tuve la sensación que tenía que parar y abandonar porque mi cuerpo respondió bien. Tuve problemas estomacales que me hicieron sufrir, ya no pensaba en mis piernas, sino en mi barriga».
Las condiciones, según Galimany, fueron «muy duras», ya que «un día de mucho calor aquí no tiene nada que ver con aquello de allí», donde las temperaturas están mucho es extremas.
Ya sabía dónde competía
Una de las claves del éxito residió en el hecho de que Galimany ya conocía el terreno. En este sentido, la atleta apuntó que «habíamos estado en Doha en junio para comprobar un poco aquello que nos encontraríamos». Según la atleta, uno de los motivos por el que hubo abandonos a lo largo de la cita, fue porque «había gente que no había estado nunca, que llegaba tres días antes de la competición» y que, según ella, les acabó penalizando.
Una de las claves para no caer y para continuar adelante es refrigerarse bien y aprovechar los avituallamientos, según detalla la misma Galimany. «En cada vuelta de siete kilómetros teníamos dos avituallamientos y después, ni lo sé, cuatro o cinco más con botellas de agua o esponjas. Quizás todas no las cogía, pero algunas sí», recuerda. Ella no se pesó antes ni después de la cita, aunque deja claro que «mínimo, cinco kilos se pierden en una cita como estas».
Al volver a casa, la esperaba la familia. Estaban, según ella, «todos muy contentos. Supongo que sufrieron en el momento de la carrera. No hacía la misma cara que en otras carreras, pero al cabo de una semana de la carrera todos muy contentos». Ahora, mirando al futuro, Marta Galimany quiere ir paso a paso. «La semana que viene entrenaremos muy poco a poco y ahora todavía nos tenemos que mirar las carreras y planificar bien», dice, añadiendo que todavía no tiene decidido al cien por cien cuál será su próximo reto.
«Seguramente, haremos otro maratón el año 2020 con la idea de conseguir la clasificación para Tokio», finaliza Galimany, que continúa con la pista de atletismo de Valls como su campamento base.