El Badalona, un colista engañoso y que crece al ritmo de Manolo González
El Nàstic visita este domingo en las cinco a un equipo que ha cambiado radicalmente desde la llegada del actual técnico al banquillo
El Gimnàstic de Tarragona visitará este domingo al Badalona, colista del grupo tercero de Segunda División B. A las cinco de la tarde arrancará un partido entre dos conjuntos que viven en zona de descenso, con todo lo que eso comporta. Los nervios y, sobre todo, la necesidad de sumar puntos, se reunirán sobre el césped del Estadio Municipal de Badalona en un duelo donde el teórico favorito, que tenía que ser el Nàstic, quizás no se convertirá en ello tanto teniendo en cuenta la complicada situación que atraviesa.
Los badaloneses son el último clasificado en solitario, con tan sólo 6 puntos de 33 posibles, por los 11 de los tarraconenses. Ahora bien, las sensaciones que hay el próximo rival del Nàstic es que el equipo tirará arriba gracias a la huella que ha dejado Manolo González, que hace un mes que ha llegado a su banquillo después de la destitución de Juanma Pons. La resurrección de los badaloneses va ligada a un técnico que hace dos jornadas consiguió ganar a domicilio a un Español B (1-2) que este pasado domingo arrancó un punto (2-2) de su visita al Nou Estadi.
El Badalona se presentará al partido sin ninguna baja, exceptuando la de Zango, lesionado de larga duración. El resto, todos estarán disponibles para el entrenador. Este pasado fin de semana, en la derrota en Sabadell (1-0), Manolo González probó con un sistema con cinco defensores, aunque el más utilizado por él es el clásico 4-2-3-1. Probablemente, jugando en casa y haciéndolo ante un rival tan necesitado como lo es el Nàstic, el técnico apostará por los cuatro defensores.
Desde la llegada del actual entrenador, el Badalona ha ganado en consistencia defensiva. En cuatro partidos, ha encajado tres dianas, todas ellas fuera de casa. Y es que, de los últimos cuatro duelos disputados, el conjunto barcelonés ha tenido que realizar tres desplazamientos, caprichos del calendario. Dos equipos a la parte baja, pero que llegan en un estado de ánimo muy diferente, como mínimo, a nivel de sensaciones.