El Nàstic echa de menos a Javi Márquez, el único medio organizador

El partido del domingo contra el Lleida (1-1) dejó en evidencia que el Nàstic se ha reforzado bien defensivamente y que, con Seligrat, han conseguido que el equipo tenga una gran solidez defensiva que les está haciendo puntuar en cada enfrentamiento desde que ha empezado en el 2020. Pero también sacó a la luz una de las carencias de este equipo, la capacidad de generar jugadas ofensivas y la dependencia de Javi Márquez en estas tareas.

La primera parte del duelo estuvo muy igualado, con ninguno de los dos conjuntos capaz de conseguir un dominio claro de la pelota, y con un tramo de estos 45 minutos para cada uno de los equipos. En la segunda, fue donde el Nàstic tuvo más el control del partido y donde pudo culminar el remontamiento que empezó Bonilla poniendo el gol del empate desde el punto de penal|penalti y que Carbia estuvo a punto de completar con un chute que tocó los dos palos de la portería y se paseó por la línea de gol hasta que Pau Torres, portero leridano, cogió la pelota. En estos segundos 45 minutos del domingo el Lleida cedió la esférica al Nàstic y se dedicó a neutralizar las ofensivas locales con buena nota.

A los tarraconenses les costaba mucho encontrar espacios y echaron muy de menos en un Javi Márquez que, presumiblemente, hubiera dado una pizca más de tranquilidad al juego y hubiera filtrado más pasadas interiores. Y es que los ataques tarraconenses se limitaban, en gran parte, a las pasadas por fuera para acabar centrando en el área, sin conseguir doler porlas posiciones interiores. El medio del campo grana estaba formado por una dupla de cariz más defensivo, donde Fran Miranda y Fausto Tienza cortaron bien la mayoría de ataques visitantes pero no fueron capaces de construir, con tranquilidad, ataques más acertados. En el banquillo, ya había Javi Márquez que ya empezó a entrenar con el equipo el jueves pasado pero que, hasta esta semana, todavía aparecía a la lista de bajas con una lesión fibrilar en el cuadríceps derecho, y también Goldar, como únicos mediocampistas, teniendo en cuenta que el gallego es central sin embargo, durante gran parte de la temporada está jugando de pivote por necesidad.

La de Márquez era la segunda convocatoria, pero ni el domingo ni la semana pasada contra el Cornellà se lo vio calentar y, de hecho, en el duelo contra el Lleida fue Bonilla quien acabó jugando de mediocampista después de la lesión de Goldar, que había entrado sustituyendo a Fausto en medio del campo. Un síntoma más de la necesidad que hay para recuperar al capitán grana, porque hay pocos efectivos en esta zona y porque él es el único que puede ayudar a crecer al equipo en tareas ofensivas.

Un mes de baja

Esta no es la primera vez que Márquez está fuera de la dinámica del equipo durante varias semanas. Primero fue en verano, justo el viernes antes de iniciar la liga, cuando una lesión a la unión semitendinosa del cuadríceps derecho lo tuvo sin entrenar hasta finales de noviembre y estuvo alrededor de cuatro meses de baja. Una vez recuperado volvió a entrar en dinámica de grupo y participar en los enfrentamientos, pero volvió a caer lesionado a mediados de enero, después de jugar contra el Llagostera con una nueva lesión en el cuadríceps derecho a que lo ha tenido apartado hasta el jueves pasado. En total, Márquez ha sido un total de cinco meses lesionado y sólo ha disputado seis enfrentamientos de liga esta temporada.