Con el enemigo en casa
El Nàstic se ha marcado seis goles en propia portería esta temporada, una cifra que hace estremecer y que ha penalizado mucho
El Gimnàstic de Tarragona tiene el enemigo en casa. Eso es lo que deben pensar muchos aficionados, los cuales han visto como, a lo largo de esta temporada, una gran cantidad de goles encajados han sido obra de futbolistas con la camiseta grana. Concretamente, son seis las dianas que se pueden computar a futbolistas del propio equipo antes de Xavi Bartolo y ahora de Toni Seligrat que han entrado en la red defendida por Bernabé Barragán. A estas, se le podría añadir una más, que, aunque no es en propia meta, la presencia de Juan Rodríguez entorpece la visión de Bernabé y la pelota entra en la portería después de chocar con el defensor. En este caso, ha habido dudas a la hora de decidir si era un gol en propia meta o no.
Algunas de estas dianas en propia portería han significado toda una decepción, la pérdida de puntos o, incluso, la eliminación del equipo de la Copa del Rey.
El autogol de Albarrán este domingo contra el Castellón ha sido el último para completar una estadística negativa que no se recuerda en las últimas temporadas ni a Tarragona ni, seguramente, en ningún otro lugar. A este ritmo, y si el ritmo no para, se puede llegar a unas cifras escalofriantes para los intereses grana. Puede ser cosa de mala suerte, pero, por el motivo que sea, el equipo tiene la negra en este aspecto.
Pasaron doce jornadas para que el Nàstic empezara a vivir su infierno particular. La primera diana encajada en propia meta se produjo cuando habían transcurrido doce jornadas del campeonato de Liga. El Badalona-Nàstic, que finalizó con victoria barcelonesa por un ajustado 2-1, contó con un autogol de Pedro Martín en un tiro de Kilian que chocó en el cuerpo del delantero grana y acabó entrando a portería, en lo que fue el 1-0. Los tarraconenses merecieron mejor premio, pero acabaron perdiendo 2-1.
Tres semanas después, en el primer triunfo a domicilio de Toni Seligrat, nuevamente se produjo una situación en la cual Bernabé se vio superado por un propio compañero. En este caso, fue Javi Bonilla, aunque el gol finalmente no tuvo trascendencia, ya que los tarraconenses se acabaron imponiendo 1-3.
Una Copa para olvidar
Se convirtió en una auténtica pesadilla la eliminatoria de Copa del Rey contra el Zaragoza, en el Nou Estadi. A los autogoles de Juan Rodríguez, con lo que pareció un remate de cabeza perfecto, y de Goldar, desviando con la pierna la esférica hacia la propia portería, se le tiene que añadir una acción en la cual el mismo Rodríguez se interpuso en un tiro de Papunashvili que acabó entrando. No subió como gol en propia meta, pero se lo podría catalogar como tal.
Los otros dos autogoles son más recientes. El de hace un mes, durante el Nàstic-Ebro, con una pelota desviada de Rueda que entró, pero que no perjudicó, ya que el resultado fue de 4-1 para los grana, y el de Albarrán este domingo en Castellón (3-2).