Los equipos amateurs serán los únicos que podrán entrenar en los campos municipales de Tarragona
Está prohibido abrir el bar y el Ayuntamiento reclama que se pongan en marcha las medidas de seguridad para minimintzar riesgos
Los campos de fútbol municipales de Tarragona ya tienen autorización para abrir sus puertas. El Ayuntamiento ha remitido un escrito a los clubs de fútbol de la ciudad detallándoles las instrucciones que tienen que seguir para poder reabrir después de pasar las fases iniciales de confinamiento por culpa de un coronavirus que, poco a poco, va remitiendo.
Los entrenamientos podrán volver a ser una realidad, pero con ciertas condiciones. La primera premisa es que tan sólo volverán a la actividad los equipos amateurs. O sea, que el fútbol base, de momento nada de nada. Y es que desde el consistorio no se quieren arriesgar que se produzcan contagios, los cuales podrían ser más probables teniendo en cuenta que es más complicado explicar a un chico de 6 o 7 años que no se puede acercar a su compañero, ni para chocarle la mano ni para celebrar un gol, por poner dos ejemplos.
Según el documento elaborado por el Ayuntamiento, los clubs serán responsables de desinfectar todo el material que se utilice, donde están incluidos porterías, banquillos u otros elementos. Al finalizar cada turno de entrenamientos, un responsable del club tendrá que regar el campo y, a la hora de tenderse en el suelo, siempre tendrá que estar sobre una toalla o algún elemento que impida el contacto con el césped.
Los campos se tendrán que regar dos veces al día y tan sólo se podrán realizar entrenamientos de hasta quince personas, mientras se respete la distancia de seguridad. Están prohibidos los partidos y no se podrán compartir ni bebidas ni material sanitario.
El bar no se podrá abrir en ningún caso y siempre se tendrá que circular por la derecha en las instalaciones para evitar cruces. Los secamanos de los vestuarios se eliminarán y, con respecto a las duchas, se utilizarán si se puede respetar la distancia de dos metros. Cada campo tendrá que tener un dispensador de gel y todo el mundo se tendrá que medir la temperatura, de forma que si se superan los 37,2º quedará prohibido el acceso. Los clubs serán los encargados de llevar a cabo esta normativa.