El público entra en los campos de Segunda B y el Nou Estadi arrancará el curso desierto
El hecho de no homogeneizar la competición con respecto a asistentes perjudica a aquellos que no pueden dejar entrar gente en sus estadios
El Nou Estadi vivirá su estreno oficial este domingo. Será en la segunda jornada del campeonato de Liga del subgrupo 3A de la categoría de bronce del fútbol español. Un Nàstic de Tarragona-Badalona que no contará con nadie en las gradas. Es una medida promovida por el Ayuntamiento de Tarragona, no tan sólo en el Nàstic sino en todos los recintos deportivos con el fin de velar por la seguridad de las personas a causa de la pandemia del coronavirus.
La medida puede ser discutible o no, depende desde dónde se mire, lo que no tendría que serlo es que se tendría que homogeneizar esta situación. O sea, que si no hay gente en un campo de fútbol de Tarragona, tampoco tendría que haber en uno de Barcelona, por poner de ejemplo el origen de los clubs que se enfrentan al Nàstic. No hubo espectadores en las gradas del Estadio Johan Cruyff durante la derrota del Nàstic del domingo, pero sí que hubo en los otros dos duelos del subgrupo 3A que se desarrollaron durante este pasado fin de semana.
El Espanyol B-Prat contó con 200 socios locales en sus gradas y, por poner otro ejemplo, el Llagostera-Andorra también contó con espectadores en las gradas. De hecho, el Nàstic ya conoce que este jueves, en el marco de la segunda ronda grana de la Copa Federación, habrá gente animando a los equipos tal como les han confirmado los gerundenses.
Esta situación de desigualdad se extiende a todo el territorio nacional. Y es que, por poner otro ejemplo, también muy próximo, en el subgrupo 3B, lo que se acabará uniendo al 3A en los emparejamientos por el ascenso, también hubo público en algunos campos. El Atzeneta acogió a bastante gente en el campo, tal como se puede ver en las imágenes que muestra en sus redes sociales, así como la Peña Deportiva, que con el calor de su público, derrotó al Villarreal B en el partido inaugural de la temporada 2020-21.
La salud es lo que impera y, por lo tanto, el consistorio tarraconense tomó esta determinación, pero el agravio comparativo es grave. No es lo mismo tener 100, 200, 500 0 5.000 personas animando desde arriba y desde los costados que jugar con un campo vacío y en lo que tan sólo se sientan los gritos de los entrenadores, las lamentaciones de los jugadores, el silbido del colegiado y los ánimos de aquellos pocos que consigan encontrar una rendija por el exterior del campo para intentar ver los suyos en acción sin tener la necesidad de hacerlo por ninguna plataforma televisiva ni por ningún medio radiofónico.
La complicada situación
De momento, la decisión en Tarragona es firme y, quizás, con el paso de los días, donde cambiará será en algunos lugares del país, ya que la situación en todo lo relacionado con el coronavirus va empeorando, con más contagios y muertes en medida que van pasando las semanas. Han cerrado los bares y restaurantes, pero muchos espectáculos deportivos se pueden ver con público. Y ya no tan sólo con respecto a fútbol. Fontajau, donde juega sus partidos el Bàsquet Girona, también tiene permitido el acceso al campo.
La Primera y la Segunda División españolas de fútbol han arrancado la temporada sin público en las gradas. Y es que los clubs son conscientes de que son miles los espectadores que se reunirían cada sábado o cada domingo en los campos, con la inseguridad que esta circunstancia comporta.
De momento, en Tarragona no hay público y, en otros lugares sí. Habrá que ver cómo evoluciona la temporada y si la evolución es ascendente o descendente. O sea, si los campos acaban llenos de gente cuando acabe el curso o, por el contrario, se ven imágenes completamente vacías como las del Nou Estadi.