«Tengo la misma ilusión que con dieciocho o diecinueve años»

—Acabó muy fastidiado después del partido del domingo. ¿Ha conseguido calmarse ya?

—Traía un gran cabreo porque hicimos muchas cosas bien en Lleida. Estuvimos puestos muy bien en el campo, nos plantamos con un 0-2 en el tramo final y me fui muy enfadado por el desenlace del partido porque dejamos escapar tres puntos. Para mí, era un partido especial, ya que había estado dos temporadas en Lleida. Me marché muy dolido, pero cuando empiezas la semana ya cambias la mentalidad.

—¿Había marcado dos goles en alguna ocasión a lo largo de su carrera?

—Sí, jugando con el Gavà y contra el Ibiza.

—¿Y cuál ha sido su récord anotador en una misma temporada?

—Creo que tres, con el filial del Villarreal.

—¿El equipo está dejando pasar demasiadas oportunidades de consolidarse como líder destacado o lo podemos atribuir únicamente a los arbitrajes?

—No quiero entrar en los arbitrajes. Está claro que nos han acondicionado en forma de puntos, pero también hay otros detalles que nosotros tenemos que cuidar, como expulsiones o errores individuales. Está claro que sin estas situaciones llevaríamos más puntos, pero no tenemos que mirar atrás y lo tenemos que hacer adelante.

–Toni Seligrat mostró su malestar con las expulsiones. ¿Es un hecho que se pueda entrenar?

—No, es más bien cosa de concentración o mentalidad. En este caso es Carlos (Albarrán), un jugador que nos está dando muchísimo, pero como es tan intenso, quizás le hace falta controlar estos momentos. Cuando lo consiga, será un futbolista importante en el mundo profesional.

—Aparte de las expulsiones, ¿qué más tiene que controlar el Nàstic para acabar de consolidarse arriba?

—El equipo está defensivamente muy bien, arriba tiene grandísimos futbolistas y, en el centro del campo, gente muy intensa. Son pequeños detalles, errores individuales. Eso tiene que ser cada uno.

—¿Tan potente es la plantilla como pregonan los mismos futbolistas?

—Sí, entrenando ya se ve. Para el entrenador es un marrón tener que hacer la alineación los fines de semana. Tienes muchos futbolistas que no juegas y piensas que lo tendrían que hacer. Es bueno tener tanta competencia.

—Tiremos atrás. ¿Se lo pensó mucho cuando le llamó el Nàstic?

—No. Este verano me llamaron, pero también lo hicieron en el anterior. El problema es cuando hay cláusulas de rescisión de por medio. Cuando empezamos a hablar el verano pasado lo tenía bastante claro. Podía volver en casa y con el Nàstic a Segunda B, que es el mejor club que puede haber. Aquí cuidan mucho a los futbolistas y esta es una ciudad de fútbol. No me lo pensé, pero hubo otros factores que impidieron que pudiera fichar antes.

—¿Le pusieron muchas trabas en la Lleida?

—Sí. Un vacío judicial por el ERTE fue el culpable, porque el club nos decía que, mientras estuviéramos en situación de ERTE, no nos podíamos marchar.

—¿Se le pasó por la cabeza en algún momento que tendría que quedarse en Lleida?

—No. Después de hablar con los abogados, con el sindicato de AFE y a la Federación me dijeron que no tenía sentido, pero había este vacío judicial que hacía dudar.

—¿Es consciente de que tiene más presión que el resto para ser un jugador de la casa?

—No. La presión la tenemos todos en esta vida. Tenemos que hacer bien las cosas, comprometernos en nuestra profesión y hacerlo lo mejor posible. Quiero disfrutar y aportar el máximo.

–Seligrat confía tanto en Joan Oriol que ha reconvertido a Javi Bonilla en centrocampista.

–-Javi lo jugó todo el año pasado y ahora está rindiendo a la perfección a la medular.

—¿No subir a Segunda A sería una decepción o un fracaso?

—No podemos hablar de fracaso, pero sí una decepción. Estamos en un proyecto y en un club que no puede estar en Segunda B.

—¿Cómo lo hace un futbolista que ha jugado a Primera División, Champions o Europa League para motivarse y seguir competiendo en Segunda División B?

—De la misma manera que cuando he jugado en cualquier otra competición. Tengo la misma ilusión que cuándo tenía dieciocho o diecinueve años.

—¿Quiere que el Nàstic sea su último equipo?

—Claro. Me gustaría retirarme aquí de aquí a cuatro o cinco años, la edad es un número.