El Nàstic baja a la tierra

El Gimnàstic de Tarragona sigue siendo líder, y mucho líder del subgrupo 3A de Segunda División B. Los partidos de esta temporada se están contabilizando por éxitos, pero no todo son flores y violas. Partidos como el de este domingo contra el Prat, en el cual los de Toni Seligrat no pasaron del empate en el Nou Estadi (1-1), ponen de manifiesto que el Nàstic no es sólo aquel equipo extraterrestre en que ha tenido acostumbrados a sus aficionados durante esta 2020-21.

Siguiendo por el camino que está llevando el conjunto grana, mucho tendrían que cambiar las cosas para que, como mínimo, no jugara la próxima temporada en la Primera División RFEF, el que tendría que haber sido la conocida más coloquialmente Segunda División B Pro. Ahora bien, el objetivo final de los tarraconenses no es este, sino que es el de competir la 2021-22 en Segunda División A, una categoría cien por|para cien profesional y que está en uno solo de la máxima división del fútbol español.

Lo que falló contra el Prat, básicamente, fue el ataque. El equipo grana no fue capaz ni de generar ocasiones de gol, un hecho más criticable al centro del campo, ni de mostrar argumentos ofensivos como para poner en peligro a un rival que tan sólo había realizado tres entrenamientos durante la semana por culpa de un caso de coronavirus.

De los tres jugadores de arriba, Brugui fue el único que, tímidamente, dio alguna sensación de peligro. Gerard Oliva se mostró, como siempre, incuestionable en su lucha, pero nunca inquietó a los centrales visitantes. Sí que es cierto que un delantero centro sufre mucho cuando no le llegan pelotas en condiciones, pero es un futbolista que sabe que, por la demarcación en la cual juega, también se tiene que buscar la vida, y el domingo no fue su mejor día.

Todavía peor un Pedro Martín que está pidiendo a gritos que lo quiten de la banda y jugar por el centro, en el lugar de Oliva. Brugui, por sus características, siempre es un jugador más vistoso y acostumbra a entrar más en juego que nadie más, pero el del domingo no fue el mejor día para los atacantes.

El medio del campo no funcionó

Buena parte de culpa que la delantera no estuviera acertada la tuvo el centro del campo. Hace algunas jornadas que la medular se sostiene por el acierto en pelota parada de Javi Bonilla. El zurdo vuelve a ser, como sucedió la pasada temporada, uno de los hombres más determinantes en la faceta ofensiva, y no se le fichó para esta meta.

Fausto Tienza fue quien mantuvo un centro del campo que ya hace algunas jornadas que no carbura. La innegable calidad de Javi Bonilla y de Francesc Fullana no se está traduciendo, en los últimos partidos, en acciones que sirvan a los delanteros para poder ver portería. Con respecto a la defensa, Joan Oriol tampoco protagonizó, precisamente, su mejor partido como grana. No estuvo acertado, igual que el resto de la retaguardia, en la cual volvió a jugar un Pol Domingo que actuó bien defensivamente, pero dubitativo en la salida de pelota.