«Me gustaría retirarme con el Nàstic en Primera División»

—¿Cómo se encuentra?

—Contento, sobre todo por la marcha del equipo.

—A nivel personal, ¿es Gerard Oliva que quería ver o todavía le falta un poco?

—Falta para ver mi mejor versión.

—Cuando un delantero no marca los goles que querría anotar, ¿qué se le pasa por la cabeza?

—Tengo que buscar qué estoy haciendo mal y no es fácil. Hay ocasiones en las cuales estás haciendo las cosas bien y no sabes qué está pasando. Más importante que marcar goles es que puedas tener ocasiones de gol. Si tienes, el rival no tiene.

—¿Nota mucho la confianza que ha depositado en usted el entrenador?

—Sí, él confía en mí y podría decirte que estoy un poco en deuda con él. Creo que no he dado el máximo rendimiento y él ha seguido confiando en mí. Eso es un extra para mí.

—¿Qué se le pasaría a usted por la cabeza si jugaran Pedro o Lupu y que usted entrena y entrena, pero no juega.

—También he estado en la otra cara de la moneda. Si tú no te sueltas, acabarás rindiendo cuando te den la oportunidad.

—¿Qué mensaje le llega a un jugador cuando, en el mercado de invierno, fichan a un jugador de su misma demarcación?

—Confío mucho en mí mismo. Creo que, si estoy bien, tengo muchas opciones de poder jugar. Si estás en tu mejor versión, tienes muchas opciones de jugar. Si el que viene, lo hace con buena actitud y para sumar, lo que yo quiero es el bien del Nàstic, por encima de mi bien individual.

—¿La Segunda B es una categoría desagradecida por los goleadores?

—Creo que es una categoría muy complicada, porque la gente va al límite. La gente ya dice que es la categoría más complicada, la que tiene más intensidad.

—Es muy probable que este fin de semana el Nàstic se clasifique para jugar en la Primera RFEF la próxima temporada. ¿Para usted, eso es un ascenso, una permanencia o un primer objetivo?

—Es un primer objetivo cumplido. El objetivo grande es el ascenso a Segunda División, que es lo que todos queremos, pero antes hay otro. Es muy importante ver cómo lo estamos consiguiendo.

—¿Este es uno de los máximos retos de su carrera?

—Sería el reto más especial, por el hecho de estar en el equipo de casa y por el sentimiento que yo tengo por el Nàstic.

—Aparte de la temporada pasada, ¿hubo algún otro momento en el cual estuvo cerca de firmar por el Nàstic?

—Sí. Fue durante el verano en el cual yo volvía de jugar a Austria. El Nàstic me quería, pero acabé en Murcia.

—¿La espera valió la pena?

—Sí. Llegué al Nàstic después de que en Polonia me apartaran del equipo y tenía poca ilusión. Aparte, el listón estaba muy alto en Tarragona y tenía que demostrar un nivel. Me volvieron a operar y tenía que volver a empezar.

—¿Qué tiene este equipo que nunca pierde?

—Mucha ambición. Hay jugadores que quieren devolver a Segunda A, una gran piña. Este vestuario no tiene nada que ver con el de la temporada pasada. Una de las claves es el buen vestuario que hay.

—No subir sería un fracaso o una decepción?

—Se tienen que ver las formas. Si tú no subes porque no juegas el play-off es diferente a si no asciendes porque en un partido te han expulsado a un jugador, por pequeños detalles.

—Aunque queda lejos, ¿retirarse al Nàstic es lo que desearía?

—Creo que me quedan mis mejores años de fútbol.

—¿Cómo le gustaría retirarse?

—Con el Nàstic aen Primera División. Es el club en el cual quise jugar siempre y ahora me encuentro muy a gusto, tengo todo lo que necesito.