Gerard Oliva se reconcilia con el gol

Los delanteros viven del gol. Al menos, para los aficionados, dictaminar si el rendimiento de un punta es óptimo o no lo es siempre se acostumbra a medir por el número de dianas que se marcan. En muchos casos, la tarea de los delanteros, como es el caso de Gerard Oliva, va mucho más allá de enviar pelotas a la red, pero también era muy importante que el punta del Gimnàstic de Tarragona volviera a marcar, y lo ha hecho en el momento adecuado.

El delantero de Riudecanyes no marcaba desde el 13 de diciembre del año pasado, cuando anotó una diana contra el Llagostera. El partido acabó 3-0, Oliva anotó en el 50' y, desde entonces, aunque casi siempre fue titular, nunca volvió a ver portería. Una sequía goleadora demasiado prolongada, pero que también tiene varias explicaciones.

Una, que un delantero no puede ser el que marca todas las semanas y, otra, que la posición de «9» en el Nàstic no es exactamente la del delantero centro. En muchas ocasiones durante los partidos, Oliva ha tenido que retrasar su posición. Ver al delantero tarraconense en el centro del campo yendo a recibir o a peinarla es un hecho muy habitual, ya que los extremos tienen que ser los beneficiarios de segundas jugadas en estos casos.

Ahora bien, la diana de Oliva del domingo fue de auténtico «9». Centro de Domingo, peinada de Brugui i Oliva, con sutileza, la puso, con pierna derecha, al palo izquierdo, dónde el portero nunca pudo llegar. Tres partidos le quedan para seguir marcando.