Demasiado castigo para un Nàstic valiente (1-0)

El Gimnàstic de Tarragona salió a por la victoria desde el primer momento en el partido contra el Costa Brava disputado en Palamós. Los hombres de Raúl Agné hicieron un partido bueno en el cual fueron muy superiores a su rival, pero un penalti en contra en la primera mitad provocó la derrota de los tarraconenses, que siguen sin ganar fuera de casa en lo que va de temporada.

Raúl Agné apostó por un once muy similar al que le dio los tres puntos el domingo pasado contra el Villarreal B, con dos cambios obligados por las bajas de Manu García y de Quintanilla, dos posiciones que ocuparon Gonzi y Trilles. En ataque, el entrenador grana dio continuidad a Robert Simón en ataque, pero optó para poner a Pablo Fernández de acompañante en vez de Carbia. En medio del campo mantuvo los cuatro mediocampistas, Ribelles, Fullana, Pedro del Campo y Jannick.

El partido empezó muy abierto sin un dominador claro, pero el Nàstic era el equipo que más peligro generaba. La primera estuvo con una recuperación de pelota de Fullana en medio del campo que condujo hasta la frontal donde el defensa sólo lo pudo frenar haciéndole falta. La ejecución fue a cargo de Carlos Albarrán, quien obligó a Marcos a estirarse para enviar la pelota a córner. El Costa Brava prácticamente no pisaba el área grana, mientras que los tarraconenses volvieron a aproximarse con peligro. Primero una centrada de Albarrán acabó con uno remado alto de Pablo Fernández y, después, Joan Oriol puso a prueba el portero del Costa Brava con un tiro potente que desvió a Marcos.

Parecía que el Nàstic se animaba cada vez más, pero en una acción aislada de los locales llegó el primer gol del partido. Una centrada en el interior del área desde la banda izquierda del Nàstic acabó con un penalti muy riguroso de Fullana. El árbitro no dudó en señalarlo y Boris fue el encargado de ejecutarlo. El lanzamiento fue muy malo, con un chute potente, pero muy centrado, que Gonzi desvió sin problemas, pero el rebote volvió a caer a los pies de Boris que, ahora sí, no perdonó. Con bien poco el Costa Brava se encontró con el gol y eso puso nervioso al conjunto de Agné que, en los acciones posteriores, se dejó caer en todas las jugadas dentro del área para provocar un penalti, pero sin fortuna. Los grana no bajaron los brazos en ningún momento, pero la suerte no los acompañó, ya que en el minuto 32 Robert Simón golpeó bien la esférica desde dentro del área, con un chute muy bien colocado que sólo el palo pudo rehusar. Con el 1 a 0 se llegó a la media parte.

La segunda mitad, como era previsible, fue un monólogo del Nàstic que disfrutó de la posesión de pelota y también de ocasiones para empatar el duelo, pero el gol no llegó. El Costa Brava estaba recogido en campo propio, bien posicionado, mientras que los grana buscaban con insistencia cualquier agujero que les permitiera encontrar la portería defendida por Marcos. Agné movió banquillo pronto, cambiando a Fullana por Carbia y el Costa Brava, minutos más tarde, también hizo la primera sustitución para pasar a una defensa de cinco, haciendo toda una declaración de intenciones, por si no estaba lo bastante claro. La posesión era grana, pero las ocasiones no acababan de llegar y Agné apostó por dar entrada a Bonilla por Ribelles, ya que el partido no requería más hombres defensivos. Precisamente, el soriano probó suerte con un chute lejano que se perdió por bueno poco. En el minuto 73, Carbia provocó la segunda amarilla de Royo que dejó al Costa Brava con un hombre menos, pero tampoco la superioridad numérica sobre el terreno de juego facilitó el empate de los tarraconenses.

Sin defensa

Con la expulsión, Agné apostó para hacer un doble cambio final, cambiando a Pablo Fernández y Marc Trilles por Pedro y Nil, dejando en defensa sólo a un central, Aythami, el cual se ocupó más de subir a rematar que de defender, ya que los locales no pasaban de medio del campo. El entrenador grana fue valiente, y el Nàstic también, pero los chutes, que hubo muchos, no cogían portería y, cuando lo hacían, acababan a manos de Marcos. La más clara de la segunda mitad fue una cañería de Carlos Albarrán desde el interior del área que Marcos fue capaz de desviar.

El árbitro añadió siete minutos extra, y Gonzi subió a rematar un par de córners, pero por más que lo intentaran los tarraconenses, la pelota no entraba. Con el 1 en 0 se llegó al final del partido, un resultado demasiado injusto para un equipo que se lo dejó todo sobre el campo, pero que no pudo acabar el año con una victoria y todavía no sabe qué es ganar fuera de casa esta temporada.