Victoria peleada (1-0)
Las granas no han dominado la pelota ante el Madrid Castilla, pero con el acierto de ganar un partido muy trabajado a nivel defensivo con un golazo de Bonilla
El Nàstic de Tarragona ha encontrado el camino con la segunda victoria consecutiva contra el Real Madrid Castilla en el Nou Estadi. Los grana lucharon un partido donde el dominio de la pelota fue de los visitantes, pero esta vez el acierto ofensivo acompañó al sólido partido en el ámbito defensivo y suman unos tres puntos que lo impulsan de nuevo a la clasificación.
Raúl Agné afrontó un partido con varias bajas importantes, como Elías en medio del campo y Pablo Fernández a la delantera, ambos sancionados por acumulación de amarillos. De esta manera hizo unos retoques al once influenciado también por el buen rendimiento de algunos jugadores durante el partido contra el Betis. Pol Domingo volvió a la titularidad en el lateral derecho y Trilles le consiguió ganar la titularidad a Aythami, que volvía a estar disponible, pero se quedó en el banquillo. Otro jugador destacado a la titularidad fue Javi Bonilla, el soriano se ganó la titularidad y demostró que la decisión fue acertada después de marcar un auténtico golazo marca de la casa.
La primera mitad empezó con un Real Madrid Castilla decidido a mostrar sus cartas desde bien temprano. Los visitantes tuvieron la posesión y el control del partido, pero siempre que intentaban avanzar hacia la portería de Manu García, se tropezaban consigo con la defensa grana, con uno Trillas y un Polo Domingo especialmente seguros a sus posiciones. El Nàstic se vio un poco acelerado, cuando los jugadores grana tenían la pelota, apostaban por el fútbol directo o cedían la pelota al primer toque sin pensar en las combinaciones. Sin embargo, el Nàstic tuvo chispas ofensivas también pronto, con Robert Simón ganando a su marcaje y consiguiendo centros en el área, una marca de la casa de un extremo que partido tras partido muestra porque es titular indiscutible. Él mismo tuvo la primera del partido, con un chute desde la frontal del área que rehusó al portero madrileño, pero que el árbitro no vio y no silbó el córner. Sin embargo, el fútbol de la primera mitad era madrileño. El club blanco combinaba las jugadas de contraataque de la misma manera que el primer equipo, con unos rápidos Dotor y Arribas, que acercaban la pelota al área grana, pero sin crear ocasiones claras.
El Nàstic, en cambio, llegaba al área con fútbol directo, pero los remados se hacían desde fuera del área. Primer Pedro del Campo, con uin chute potente después de coger un rechazo en la frontal y más tarde Fran Carbia con un chute a la media vuelta que bloqueó la defensa del Castilla. Los visitantes tuvieron la suya con un chute de Dotor, que salió por la derecha de la portería de Manu García, por poco. Pero a la jugada posterior, el Nàstic tuvo su momento. Después de una jugada enrevesada, con Dani Romera pidiendo falta y Simón llevándose la pelota cómo podía, la pelota llegó a los pies de Javi Bonilla que se vio solos en la frontal del área y, a pesar de estar unos metros alejado de la línea, probó un chute marca de la casa con potencia que acabó dentro de la portería. Faltaban cinco minutos para acabar la primera mitad y el Nàstic acababa de hacer un auténtico golazo que cambiaba completamente la dinámica del partido, con un Madrid helado y los grana eufóricos al descanso.
La segunda mitad empezó con el mismo guion que la primera, con un Madrid Castilla tirado en ataque y un Nàstic replegado a la defensa una vez más. Los visitantes se acercaban al área y en una de estas Joan Oriol tuvo que cortar la jugada con una falta y vio una tarjeta amarilla que le impedirá jugar el próximo partido.
El Nàstic no conseguía hacer más de tres pasadas seguidas y el Madrid presionaba hasta que llegó el primer susto, con una jugada d'Arribas que colocó un centro en el área pequeña que, por suerte, nadie llegó a rematar.
Doble cambio
Agné movió banquillo e intentó meter en el Nàstic de nuevo al partido haciendo debutar a Juan Camilo Becerra y donante entrada en Jannick Buyla, que volvía después de competir en la Copa África. Unas sustituciones que le sintieron bien en unos grana que, poco a poco, se veían más cómodas sobre el césped, pero todavía sin llegar a mover demasiado la pelota por el medio del campo. El Castilla no bajaba los brazos, el ataque era constante y el foco se centraba sobre Manu García. El portero primero recibió una tarjeta amarilla para perder tiempo y a la jugada posterior se le escapó la pelota de las manos en dos ocasiones dentro del área. Unos sustos que la aficionada grana tuvo que digerir más veces hasta el final del partido.
Tocaba sufrir y defender hasta el último minuto porque el Madrid Castilla jugaba con verticalidad y tuvieron en sus manos el gol del empate a diez minutos del final. En una jugada a la derecha de la portería grana, los madrileños colaron la pelota dentro del área por encima de Manu García e hizo una centrada que sólo necesitaba un pequeño empuje para entrar dentro de la portería, pero apareció un salvador Marc Trilles, decisivo una vez más, demostrando porque tiene el nivel para seguir al once titular.
El Nàstic también tuvo sus aproximaciones en ataque, pero las corridas de Becerra quedaron estériles, sin generar peligro claro. El técnico grana volvió a buscar la respuesta al banquillo dando entrada en Karim, para buscar agujeros, y Aythami, para dar más apoyo a una defensa que hasta ahora estaba concediendo muy pocas ocasiones de gol. Aunque el Madrid seguía asediando la portería grana, el partido se calmó y Agné lo quiso acabar de anestesiar con un último cambio para ganar tiempo, dando entrada a Marc Montalvo, a un joven jugador del filial que salió con muchas ganas, pero con poco tiempo para dejar su huella. Los minutos de añadido se hacían largos por la afición y cuando el árbitro silbó el final, el Nou Estadi vibró de la emoción con la segunda victoria consecutiva.
En partidos anteriores, el Nàstic tenía el control de la pelota, la posesión y el gol, pero no los resultados. Esta vez ha pasado a la inversa, el Madrid Castilla cogió la iniciativa del juego, pero el Nàstic tuvo el acierto.