El Nàstic atrae a los fantasmas de la primera vuelta en el peor momento

Ya lo dijo Raúl Agné en una de las últimas ruedas de prensa. Han empezado los partidos del miedo, ahora quedan ocho finales para asegurarse una plaza dentro el play-off y parece que es el Nàstic a quien le empiezan a temblar las piernas.

La racha de nueve partidos sin conocer la derrota se rompió en seco con un nuevo partido fuera de casa. El Nàstic de la segunda vuelta consiguió ganar en dos campos con solvencia, dos, precisamente, de filiales. El pasado sábado los grana de la segunda parte de la liga, efectivos y suficientes de cara a portería rival e imperiales en defensa, formando un muro infranqueable, no aparecieron. El partido contra el Linares se pareció más a lo que hicieron a la primera vuelta de la liga, con un Nàstic desaparecido a la primera vuelta, sin controlar la pelota, frágil en acciones defensivas y, con una pequeña mejora al segundo tiempo, poco efectivos en las pocas ocasiones de cara a la portería rival. En el momento del miedo, al Nàstic le aparecieron los fantasmas de la primera vuelta.

Excepto los primeros cinco minutos del primero y segundo tiempo, el Nàstic no mostró en ningún momento la estabilidad con la pelota. El juego por el centro del campo desapareció después de que el Linares se adelantara con el primer gol. El equipo parecía aturdido y las ocasiones llegaban o por jugadas forzadas de pilotadas hacia Pablo Fernández, o porque el asturiano se esforzaba en generarlas.

Al inicio del segundo tiempo, la entrada de Jannick Buyla por Elías Pérez sirvió para dar un poco de energía a un Nàstic desconectado. El de Guinea Ecuatorial fue criticado el último partido contra el Sanluqueño para no matar el partido marcando el cuarto gol en una jugada dentro del área, pero contra el Linares fue de los únicos de los grana con intención de cara a la portería. El Nàstic del segundo tiempo parecía que se acercaba a la portería, pero excepto dos jugadas, no generó peligro al ataque. Primero lo probó Romera con un chute por la escuadra que obligó en Razak a volar para pararlo. Después, la jugada más clara del partido para el Nàstic, Becerra remató de ninguno a solas dentro del área pequeña, pero la pelota se marchó por encima del travesaño.

Las pocas ocasiones que consiguió el Nàstic las falló, y de aquello se lamentó Agné en la rueda de prensa posterior al partido, que a este equipo «le cuesta demasiado marcar goles».

De esta manera, el Nàstic certifica una racha de tres puntos de doce posibles, pinchando contra los rivales más asequibles si se mira a la clasificación. Costa Brava, Sanluqueño y Linares eran partidos que se tenían que ganar y para coger impulso contra los más complicados que se aproximan, como el inminente Castellón, San Fernando, Sabadell y Albacete entre otros.

Decía Agné antes del partido del sábado que «hasta el final de temporada habrá muchas bofetadas» y parece que la primera le ha tocado al Nàstic. A partir de este domingo llegan los partidos más exigentes y se necesita la mejor versión de los grana. El primero, contra el Castellón en casa el próximo domingo y el siguiente al visitar el Nou Estadi Costa Daurada será el San Fernando, otro rival por el play-off .

El 'play-off no se aleja demasiado

Afortunadamente, la derrota del Nàstic en Linares no fue muy castigada a la clasificación. Una jornada más, los grana se mantienen a un punto zona de play-off . Las «bofetadas» que pronosticaba Agné llegaron a todos los equipos que luchan por la zona de ascenso. El Atlético Baleares empató contra el Cornellà y el San Fernando y el Algeciras perdieron.

El equipo que marca la zona de ascenso con 45 puntos es el siguiente rival del Nàstic, el Castellón, que empató el pasado viernes contra el Alcoyano.

Con el pinchazo, de nuevo, de todos los equipos que luchaban por el ascenso, se ha facilitado la incorporación a la lucha de tres más: el Real Madrid Castilla, el Sabadell y el Barça B se encuentran a una victoria también de adentrarse a las posiciones nobles.

Los de Raúl Agné tienen una nueva final contra el Castellón en el Nou Estadi Costa Daurada, una nueva oportunidad para dar una vez sobre la mesa y asustar de una vez por todas a los fantasmas de la primera vuelta.