Este Nàstic es de 'play-off' (1-0)
Un golazo de Pol Domingo y los empates de los rivales hacen que los grana dependan de ellos mismos para cumplir el objetivo
Éxtasis absoluto en el Nou Estadi. El Nàstic de Tarragona consigue la victoria contra el Sevilla Atlético gracias a un auténtico golazo de Pol Domingo en los primeros minutos de partido. Los grana han sufrido, pero han aguantado con todo el orgullo sobre el césped para certificar una victoria que, gracias a los pinchazos de Algeciras y Baleares, hace que los grana dependan de ellos mismos. Si se gana a Alcoy el próximo domingo, el Nàstic podría acabar hasta la cuarta posición.
El Nàstic empezó la primera mitad armado hasta los dientes. Los grana sabían el que s jugaban ante la mejor entrada de la temporada y, este empuje, se reflejó en el juego. Los hoy entrenados por Dani Vidal, por ausencia de Agné, que se contagió de covid, salieron con el mismo once de gala que se vio en Albacete, sólo con la novedad de Edgar a la delantera y Quintanilla en el eje de la defensa.
Durante los primeros tres minutos de partido los grana ya habían llegado en la portería rival en tres ocasiones, el Nou Estadi estaba más animado que nunca y los grana no tardaron demasiado a abrir la lata. Los grana se entendían a la perfección y la jugada se empezó a elaborar en las piernas del de siempre, Pedro del Campo. El de Figueres abrió campo hacia Romera y el andaluz, en cuenta de centrar, le pasó la pelota a Joan Oriol a la frontal del área. El capitán grana cedió los honores a Pol Domingo y el lateral de la Pobla de Montornès soltó la pelota en pleno vuelo y marcó un auténtico golazo. El Nou Estadi tembló al mismo tiempo que la pelota sacaba las telarañas de la escuadra derecha de la portería de Javi Díaz y el Nàstic lo celebraba con locura.
El equipo jugaba con confianza se lo veía unido y durante los primeros veinte minutos de partido hubo toda una lluvia de ocasiones a favor del Nàstic. Primero la tuvo Edgar, el delantero recibió un centro de Simón y remató como pudo aunque un defensor sevillano le estaba dando un abrazo, pero el árbitro no consideró que era penal. La jugada siguiente, Joan Oriol remató un contraataque, también comandado por Simón, pero sin fortuna.
El Sevilla Atlético despertó poco a poco y el partido se calmó. El filial sevillano tuvo su turno en el dominio de la pelota, pero el muro grana se alzaba y su grandeza evitó ninguna ocasión clara por parte de los sevillanos. Los visitantes mantuvieron alguna opción, pero el partido se calmó y se marchó a la media parte con la ventaja por la mínima del Nàstic.
El descanso le sirvió en la Sevilla para salir al segundo tiempo enchufados para buscar el empate, pero el muro grana se alzó una vez más, primero con uno Trilles imperial, robándole la pelota a un atacante del Sevila Atlético que estaba solo dentro del área. Después, volvió a aparecer Pol Domingo, esta vez en defensa, para evitar las ofensivas del filial sevillano.
El Nàstic de Tarragona también buscó el segundo gol ante su afición, pero no encontró uno remado claro. Los jugadores, sin embargo, llegaban al área y en una de estas Romera se coló a solas contra el portero y este le tiró al suelo con una entrada. Era un penalti clarísimo, pero todo el mundo lo vio excepto el árbitro, que decidió no silbar. Después de esta, Joan Oriol intentó un obús desde el exterior del área, pero Díaz se esforzó por pararlo.
Los minutos pasaban y la tensión aumentaba, la Sevilla se veía a un punto del descenso con su derrota y el partido se calentó. El partido resultó con una gran variedad de choques entre los dos equipos que acabaron con lluvia de amarillas y con la expulsión de Isaac Romero.
Seis minutos de añadido y los grana aumentaron el tiempo que hizo falta. Con el silbido del árbitro el Nou Estadi reventó en locura, con esta victoria y el empate de Baleares y Algeciras, el Nàstic depende de él mismo para entrar al play-off. Sí, se puede.