El Nàstic de Raúl Agné tiene el 'play-off' de ascenso a Segunda en sus manos

El Nàstic de Tarragona lo consiguió. Los astros se alinearon y todo lo que tenía que pasar ocurrió en una noche mágica del sábado. Los grana hicieron el trabajo y de qué manera. Los dirigidos por Dani Vidal, en ausencia de Agné, cuajaron un partido excelente en su conjunto. El muro grana se alzó una vez más y el Sevilla Atlético no tuvo grandes ocasiones para empatar un auténtico obús de Pol Domingo en los primeros minutos de partido.

Los grana no dependían de ellos mismos, los transistores y los móviles de todos los nastiquers echaban humo durante todo el partido, pendientes de los duelos del Algeciras contra el RM Castilla y el Atlético Baleares contra el Sanluqueño. La carambola, sobre el papel, era complicada, el Baleares recibía un equipo con un pie y medio en Segunda RFEF en su estadio y el Algeciras se enfrentaba también a su campo contra el RM Castilla, un equipo que a lo largo de esta temporada se ha mostrado negado lejos de Madrid.

Los resultados se dieron, el RM Castilla empató contra el Algeciras aunque jugó gran parte de la segunda mitad con dos jugadores menos después de las expulsiones de Theo Zidane y Antonio Blanco. El Atlético Baleares, a pesar de provocar una lluvia de ocasiones, no consiguió pasar del 0-0. De esta manera, el Nàstic de Tarragona tiene en sus manos su billete en Galicia para participar al play-off de ascenso y para ganárselo tendrá que sumar tres puntos contra el Alcoyano. Esta semana los de Agné duermen quintos, pero podrían llegar a ser cuartos si el Sabadell empata o pierde contra el Algeciras a la última jornada.

El pasado sábado unas 13.222 almas vieron en directo cómo el Nàstic alcanzaba la hazaña y sumaba su tercera victoria consecutiva. La euforia grana estalló con el silbido final y los aficionados no se pudieron contener para saltar al campo para celebrar el triunfo.

La comunión entre equipo y afición fue total, y hubo momentos durante el partido que los decibelios se dispararon con los gritos de ánimos de la gente.

Récord de asistencia desde hace años

Hacía mucho tiempo que no se veía el Nuevo Estadio casi lleno, de hecho, la última vez que hubo una entrada similar fue hace siete años, cuando un Nàstic entrenado por Vicente Moreno jugaba y ganaba a la SD Huesca en casa y confirmaba, de esta manera, el ascenso a Segunda División A. Aquel partido lo vivieron 13.719 aficionados al estadio.

Para conseguir el ascenso, el Nàstic tendrá que ganar contra el Alcoyano y encadenar la cuarta victoria consecutiva. Este hito, casualmente, también hace siete años que no se alcanza. La historia se repite y estas dos coincidencias acercan el Nàstic d'Agné con el Nàstic de Vicente Moreno de la temporada 2014/2015. Todo nastiquer desea que el destino sea también lo mismo, el ascenso de categoría, pero primero se tiene que ganar el partido de la última jornada a Alcoy.

La historia se repite, pero si se tiene que jugar con las coincidencias, también se tiene que resaltar la que más hace temblar al Nàstic. La conjunta grana se encuentra en una situación que se parece mucho a la que se vivió el año pasado. Los grana dependen de ellos mismos y se lo juegan en el campo de un equipo que ya ha dado por acabada su temporada. Este año, con la derrota del Alcoyano contra el Cornellà del último sábado, el conjunto valenciano no tiene ningún objetivo a alcanzar. El año pasado, el Ibiza ya estaba clasificado y el Nàstic tenía que ganar o empatar para acceder al play-off de ascenso, y la historia acabó con uno humillante 4-0.

Este recuerdo cuece como una vieja cicatriz a la memoria de todo nastiquer. De hecho, Dani Vidal destacó a la rueda de prensa posterior al partido del sábado que el equipo no volverá a chocar con la misma piedra: «Venimos con precedentes que traen malos recuerdos, intentaremos encarar el partido sin tener en cuenta si el rival se juega alguna cosa o no, el partido será complicado y está claro que nadie quiere perder».

Con buenos recuerdos, de otros de tristes y con coincidencias históricas aparte, la realidad es que el Nàstic vuelve a tener el destino en sus propias manos y el primer paso en el camino al ascenso a Segunda División depende de ganar el sábado.