El Nàstic no pasa del empate contra el Calahorra (0-0)
Los grana suman un punto en un partido marcado por las decisiones cuestionables del árbitro, el estado del césped y las pocas ocasiones
El Nàstic de Tarragona suma una jornada más sin conocer la victoria. Los grana jugaron un partido muy duro, desde el barro, destacado por la falta de ocasiones y por el estado del césped. Los de Agné mantuvieron la portería a cero por primera vez, pero no consiguen generar ocasiones para ganar en un partido que acabó calentándose con una expulsión injusta a Trilles y la posterior a Agné para protestar.
Raül Agné encaró al partido con Pedro del Campo de nuevo en el once inicial. El mediocampista se recuperó de la lesión fibrilar y estuvo a disposición en el centro del campo acompañado de Montes Arce i Gorostidi. El césped del campo del Calahorra no estaba en las mejores condiciones y eso, sumado a la presión del equipo local en la zona de creación grana, transformó el partido en toda una guerra en el barro.
En este juego de pilotadas y tropiezos, el Calahorra se encontró más cómodo y lo aprovechó para acercarse a la portería de Manu García y dominar la posesión. Como pasó en el campo de la Nucía, el Nàstic se encerró en defensa y aguantó los ataques del rival. En pocas ocasiones el Nàstic avanzaba hacia la portería rival. Algunas de estas llegaban gracias a faltas laterales por parte de Nil, pero no hubo ninguna ocasión clara. En una de estas Varela rehúsa la pelota en el aire y en esta acción se lesiona y provoca el primer cambio del partido.
El primer chute del Nàstic entre los tres palos vino a cinco minutos del descanso con un tímido chute de Gorostidi desde la frontal. Los grana no encontraban la manera de generar peligro y, aunque el árbitro dio siete minutos de partido, los grana no los supieron aprovechar para generar ninguna inquietud en la portería rival.
A la segunda mitad, Agné decidió mover banquillo para mejorar el equipo donante entrado a Bonilla y Aarón Rey. La salida de estos dos jugadores dio energía al partido. El Nàstic ganó fútbol directo y más ocasiones gracias a los centros de Bonilla y las individualidades de Aarón Rey. Sin embargo, el equipo se fue diluyendo y vio cómo, poco a poco, acumulaba tarjetas amarillas para protestar.
Con el paso de los minutos, el Nàstic perdió la brújula hacia la portería rival. Los avances avanzaban con prisas y con poca precisión y la ocasión más clara del partido vino de pelota parada. El árbitro silbó una falta al vértice izquierdo del árbitro y Aarón Rey aprovechó para el chute directo. Este fue potente, raso y acabó tocando con el palo. Después de esta ocasión, el Nàstic no volvió a ver portería.
En una acción aislada, donde Marc Trilles y un atacante del Calahorra disputaron una pelota, el árbitro decretó que Trilles había golpeado al atacante y le enseñó, inexplicablemente, la segunda amarilla y, por lo tanto, lo expulsó. El Nàstic se quedaba con un hombre menos en una acción que el linier, ante la ocasión, decretó fuera de banda, pero el árbitro lo va tneir claro. Agné se quejó desde la banda, y el árbitro también lo expulsó.
Con un hombre menos, el partido cambió a favor del Calahorra y el Nàstic aguantó la portería a cero como pudo, porque se había quedado sin cambios pocos minutos antes dando entrada a Joan Oriol. Aunque el árbitro añadió 8 minutos más, el partido acabó con empate y el Nàstic, una jornada más, no consigue marcar primero ni tampoco ganar un partido.