Diari Més

El Palau d'Esports de la Anella Mediterrània vuelve a la vida con el clamor de los tarraconenses

El equipamiento creado para los Juegos del Mediterráneo acogió ayer las semifinales de la Liga Catalana ACB con 3.947 espectadores en las graderías

Las gradas de la Anilla y las supletorias se llenaron de tarraconenses para ver el evento.

El Palau d'Esports de la Anella Mediterrània vuelve a la vida con el clamor de los tarraconensesGerard Martí

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El Palau d'Esports de la Anella Mediterrània se convirtió ayer en el centro del baloncesto catalán. El equipamiento volvió a vibrar con equipos del mejor nivel después de años sin albergar ningún partido con 3.947 espectadores, según fuentes oficiales.

Cámaras de televisión, vallas publicitarias, las cuatro grandes pantallas flanqueando cada rincón y las gradas supletorias ofrecían una imagen que más de un tarraconense no ha podido ver en ningún momento desde que se construyó el edificio. La última imagen que tenían muchas personas del equipamiento eran las filas para ir a vacunarse. Ayer, aquel recuerdo se hizo añicos para dar paso a un escenario de primer nivel.

Desde el primer bote de la pelota en la pista, el Palau d'Esports de la Anella rugió. Las entradas estaban agotadas y las graderías se veían llenas de vida y con movimiento constante. Hasta al inicio del segundo cuarto del primer duelo de semifinales entre el Joventut y el Manresa, se veía gente entrando para ocupar su asiento.

El ambiente empezó antes

El primer duelo de la tarde empezó a las 18.45 h, pero una hora antes del inicio del encuentro, los alrededores del Palau ya hervían como un hormiguero. El gran parking dentro de la Anilla estaba cerrado, así que la mayoría de asistentes llenaron la avenida Josep Maria Recasens con sus vehículos.

La mayoría de asistentes eran tarraconenses como Guillem Bravo, él, acompañado de su familia, quiso «mostrar a mi hijo, que juega en el AD Torreforta, referentes del baloncesto de primera mano, más allá de ver partidos de la NBA». Como él, se veían muchas otras personas, sobre todo los más pequeños, luciendo camisetas de equipos de la demarcación. El espectáculo también atrajo gente como Pau y David Roca, de Cambrils, que destacaron que «se agradece no tener que viajar hasta Barcelona para ver baloncesto del mejor nivel». Aparte de tarraconenses, también se vieron camisetas del Manresa, Joventut de Badalona, Girona y, sobre todo, del Barça. Miquel del Paso, un fiel seguidor del BAXI Manresa, aprovechó el acontecimiento para «pasar unos días por Cambrils, venir a Tarragona y, de paso, ver el partido» de su equipo. Otros, como Vicenç Puigtió, vinieron «expresamente de Badalona para ver el duelo, no me pierdo ninguno».

La concejala de Deportes, María José López, estuvo presente en el estreno del Palau y subrayó que «después de ver las graderías llenas el sábado pasado y ver el ambiente durante el partido, sentir, el Palau rugir, pone la carne de gallina, tiene buena pinta».

El centro de atención eran, por descontado, los jugadores. Al descanso del Joventut-Manresa, Joel Parra, jugador del Joventut, mostró a todos los asistentes el oro conseguido el pasado domingo con la selección española en el Eurobaloncesto y los aplausos hicieron resonar la pista. Se notó un cambio en el ambiente con la entrada del equipo del Barça para calentar y también de la estrella de la NBA, Marc Gasol, ahora en el Girona. Por un momento, la atención de las graderías se apartó del partido y se centró en el calentamiento de estos protagonistas. Algunos de ellos se pararon a firmar camisetas de sus seguidores.

El cambio también se notó al inicio del partido. El duelo entre el Girona y el Barça era el más deseado y se notó cuándo las graderías se tiñeron de azulgrana. Cuando elspeaker anunció la entrada de Marc Gasol, el Palau rugió como nunca, pero también se vio la otra cara de la moneda. Durante la presentación de Saras Jasikevicius, entrenador del Barça, también se oyó alguna pitada. A medida que avanzaba la jornada, el número de abanicos en las graderías aumentaba y es que ya sea por la intensidad que se veía sobre la pista o por el continuo ruido, la temperatura subía.

El alma del Palau d'Esports resurgió durante ayer por la tarde, pero el espectáculo continúa hoy con la gran final de las Ligas Catalanas que disputarán el FC Barcelona y el Joventut de Badalona.

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