Las múltiples vidas de Raül Agné en el banquillo del Nàstic de Tarragona

«Yo no sé cuántas vidas tengo. Llevo aquí un año y tres meses y el año pasado más de lo mismo. Yo quiero lo mejor para el Nàstic. Raül nunca será un problema. Es muy fácil tirar la toalla y abandonar, pero me han enseñado a luchar, y eso es lo que traslado a los jugadores», estas fueron las palabras de Raül Agné en la rueda de prensa posterior a la victoria contra el Numancia. Estos días no han sido nada fáciles para el entrenador con el ultimátumsobre su cabeza como si fuera la espada de Damocles. Esta es una situación límite, pero que ha superado con anterioridad.

Desde que fichó por el Nàstic, el técnico de Mequinenza siempre ha sido mirado con lupa. Las carencias que le han acabado por cuestionar han sido las mismas, a nivel de resultados, tanto la temporada pasada como esta. El punto más frágil es la incapacidad de ganar lejos del Nou Estadi. La diferencia es que este año el Nàstic pinchó en los dos primeros duelos en el templo grana mientras que el año pasado rompió el récord de cinco triunfos consecutivos. A nivel de estilo de juego, el Nàstic presenta dos caras bien diferentes, más proactivo y seguro con la afición a su espalda y más espeso e impreciso cuando juega a domicilio.

La última temporada su figura se puso en duda justoantes de empezar el parón por las vacaciones de Navidad. El Nàstic cayó con una mala imagen en el campo del Costa Brava por 1-0. Las granas tenían sus carencias ofensivas y después de aquel partido se optó por mantener al técnico a la espera de los refuerzos de invierno. En el primer partido de la segunda vuelta, un miércoles de enero muy frío, el Nàstic cayó por la vía rápida por 0-3 contra la Andorra al Nou Estadi. Aquel resultado dejó al técnico contra las cuerdas y recibió un ultimátum para ganar a cualquier precio el siguiente partido en el campo del Betis Deportivo dos días después.

El Nàstic consiguió ganar al colista y los grana iniciaron una racha de buenos resultados que reforzaron la figura del técnico de Mequinenza.

La derrota contra el Sabadell dejó al Nàstic en un punto muerto, pero de nuevo se repusieron y los grana acabaron la temporada con la cruel derrota en Vigo.

Esta temporada, el técnico se encontró en una situación similar antes del partido contra el Murcia, pero el Nàstic ganó. Después de derrotas duras como las del campo del Eldense y la Real Sociedad B, se encendieron todas las alarmas y con la rueda de prensa del lunes de la semana pasada por parte del director deportivo, David Comamala, se hizo público un nuevo ultimátum.

La victoria contra el Numancia es un refuerzo, pero si Agné quiere continuar en el banquillo todavía le queda un reto más. Como también el año pasado, su continuidad depende de quéel Nàstic obtenga la primera victoria fuera de casa. Esta vez no se lo jugará contra el colista, sino contra una SD Logroñés que ayer ganó 4-0 al Barça Atlético ante su afición.

Después de tantas situaciones límite en el banquillo del Nàstic, Raül Agné entró a la rueda de prensa con naturalidad, seguridad y tranquilidad. El técnico ya ha demostrado el carácter suficiente para aguantar la presión de esta situación, pero ahora queda acabar de responder sobre el césped, porque, según el ultimátum marcado desde la entidad grana, ni una derrota ni un empate lo salvarán en el banquillo.

En el partido contra el Numancia, el Nàstic se mostró efectivo cuando en muchas ocasiones lejos del Nou Estadino lo es. Aarón Rey dejó ver las chispas de genialidad que motivaron al Nàstic a ficharlo este mercado de verano y Guillermo se consolidó un partido más como el delantero que el equipo necesita por su capacidad de posicionarse comotiene que estar para acabar marcando. Ahora falta que ingredientes como estos aparezcan el sábado o, si no, el técnico se quedará sin vidas y en la pantalla saldrá el game over.