La pizarra se lleva los tres puntos de Logroño y Agné vence el ultimátum

El Nàstic de Tarragona demostró el pasado sábado que trabaja es bajo presión. Después de dos semanas con el ultimátum como palabra más repetida de todo el entorno grana, el Nàstic trasladó su mejora fuera de las fronteras del Nou Estadi. Agné se reivindicó en el banquillo y los grana mejoró los números fuera de casa con respecto a la última temporada. No sólo se tiene que mejorar en el juego, sino que, en el fútbol, la estrategia también es un arma y el sábado fue la que salvó Agné de la guillotina .

El Nàstic superó el SD Logroñés desde la pizarra. El conjunto de la Rioja estableció una férrea línea de cinco defensas para detener los ataques grana. Durante la primera mitad, los de Raül Agné sólo tuvieron dos grandes ocasiones. En la primera, Tirlea se adentró hasta casi el área pequeña rival, pero cuando hizo la centrada, no había nadie para rematarla. En la segunda, Aarón Rey hizo una gran pasada a Guillermo, pero el delantero vasco no pudo controlar bien la pelota y perdió la oportunidad de quedarse a solas contra el portero.

No había manera de hacer trabajar al portero rival, pero todo cambió en el segundo tiempo. El árbitro silbó una falta peligrosa a favor del Nàstic, era casi un córner en la posición donde estaba colocada. Era perfecta para centrarla. Eso era lo que todo el mundo se esperaba, pero el Nàstic ya sabía cómo tenía que actuar en esta ocasión. Seis jugadores grana se colocaron en el área pequeña y arrastraron a todos los defensas locales. En la frontal se quedó Marc Montalvo, que recibió la pasada de Pedro del Campo y, al primer toque, remató con potencia para marcar el 0-1. Estas son del tipo de jugadas que sólo se pueden utilizar una vez en un partido, primero porque no siempre está la posibilidad y, si se repite una falta similar, es más fácil que el equipo rival corrija su posición.

Según mencionó Raül Agné en la rueda de prensa posterior al partido, esta jugada ensayada era obra de Dani Vidal, el segundo entrenador. De esta manera, la victoria reforzó el cuerpo técnico en su conjunto.

Este primer gol de Montalvo con la camiseta del Nàstic no sirvió de mucho, minutos después el SD Logroñés consiguió empatar, pero fue una declaración de intenciones y reforzó al mediocampista de Riudoms que, en los últimos partidos, ya buscaba puerta con tiros lejanos.

El gol de la victoria también fue de estrategia, pero fue más tradicional. Joan Oriol centró una falta lejana, a unos metros del vértice izquierdo del área rival, y puso la pelota en el segundo palo. Allí estaba Josema. En todos los córners y centradas similares, las pelotas siempre van a Josema. El central le ganó la partida a su marca e hizo el 1-2.

Las jugadas de estrategia no surgen de la noche a la mañana, se tienen que ensayar y trabajar. El tiempo invertido en estas durante la semana le ha valido oro a Raül Agné.