El Calafell cae contra el Sant Cugat en un duelo de máxima intensidad (4-2)
Los de Ferran López volvían a disputar el OK Liga después de la pausa y se han visto sorprendidos por un equipo de la parte baja
El Calafell de Ferran López pierde su primer partido de liga a la reanudación de la competición después de un mes de ausencia por los World Skate Games. El Sant Cugat superó por 4-2 al conjunto del Baix Penedès en un duelo que ha ido de menos además para los dos equipos y que ha acabado enloqueciendo tanto en transacciones como con jugadas de contacto. Martí Casas, el pichichi de la liga, se marchó del partido sin poder marcar.
Los verd-i-blancs llegaban al duelo como según clasificados y sin conocer la derrota, pero el favoritismo se pierde después de un mes sin competir. A pesar de los duelos de Liga Catalana donde el Calafell salió campeón, los equipos del OK Liga entrenaron sin ritmo competitivo durante un mes por la pausa por el Mundial. Este periodo afectó a los calafellencs, que empezaron el partido un poco estáticos. Esta situación la aprovechó el Sant Cugat. El equipo barcelonés sólo había ganado un partido esta temporada y, con su portero, Baptiste Bonneau, que ganó el bronce con Franca al mundial, se hicieron fuertes. La primera vez de los locales llegó al minuto dos. Una pasada del Sant Cugat desde su propio campo se coló entre no uno, sino dos defensores del Calafell. Joan Farnés la recibió y, a solas delante de Gerard Camps, marcó el primero elevando la pelota con una golpe de stick. La ofensiva del Sant Cugat continuaba y pocos minutos después tuvo lugar una acción muy similar a la del primer gol, pero esta vez Camps la paró. Sin embargo, Ferran López pidió el primer tiempo muerto para buscar la reacción del equipo.
El Calafell buscaba la ofensiva, pero sus posesiones se hacían largas delante del muro defensivo local e, incluso, acabaron perdiendo la pelota porque el tiempo de posesión se les acababa. Los locales marcaron el segundo con una jugada fácil donde Garbas también se quedó sin marca ante el portero del Calafell.
Se tenía que reaccionar y, poco a poco, el Calafell despertó de la mano de Humberto Mendes. El de Angola también disputó el Mundial con su selección y volvió con la misma energía que se marchó. Mendas luchó una pelota perdida hasta el final, y su recompensa fue marcar el 2-1 con perseverancia.
El partido fue ganando en velocidad. Los dos equipos jugaban rápido de cara a puerta y el partido se empezó a calentar. Jan Escala vio la azul, pero Gerard Camps se hizo mayor para parar la falta directa y conservar el 2-1 al descanso.
A la reanudación, la intensidad no bajó, sino que se incrementó. El Calafell se concentró en el ataque al completo y consiguió algún tiro en el travesaño. El Sant Cugat se aprovechó de esta situación para encontrar los agujeros en defensa y, en una de estas, un jugador del Sant Cugat recibió un golpe de stick y el árbitro silbó penalti. Pau Gilabert no falló esta vez, su tiro pasó por debajo de la axila del portero y acabó en el fondo de las redes poniendo el 3-1.
El Calafell no se rendía, los ataques eran constantes, pero acababan chocando con un defensor o con un acertado Bonneau. El partido cada vez se calentaba más y el Calafell buscaba la décima falta para facilitar el empate. En una jugada con varias caídas, el árbitro señaló penalti y Sergio Miras marcó el 3-2.
El Calafell recuperó la energía en el instante, y en el último minuto buscó la desesperada de atacar sin portero, pero perdió la posesión y el Sant Cugat sentenció con el 4-2 definitivo.