Diari Més

Nuevo entrenador, el mismo Nàstic (0-0)

Los grana cuajaron un partido gris y frío, sin encontrarse cómodos en el terreno de juego

El Nàstic busca el gol.

Directo: Empieza la segunda mitadNàstic

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Iñaki Alonso se estrenó en el banquillo con un empate a cero anodino donde se vio un Nàstic poco afilado y lejos del dinamismo y el protagonismo que podría esperar. El SD Logroñés dominó el partido, pero tampoco fue capaz de perforar la portería grana. De hecho, Manu García tuvo que actuar en contadas ocasiones. El Nàstic estrenaba un diferente técnico, pero, al final, mantuvo la misma irregularidad sobre el césped y no encontró su identidad.

El entrenador de Durango dibujó un sistema ligeramente diferente al once inicial. La ausencia destacada fue la de Marc Montalvo, que se quedó en el banquillo. Eric Montes Arce, Pedro del Campo, Gorostidi y Aarón Rey formaron un medio del campo en forma de rombo, dejando así un sistema 4-4-2 con menos peso en las bandas, diferente a lo que Agné tenía acostumbrado.

En los primeros minutos de partido, el Nàstic va prèmer el acelerador para mostrarse más dinámico sobre el césped, pero esta imagen se quedó en todo un espejismo para el resto de la primera mitad. El SD Logroñés cogió las riendas del partido y el Nàstic se tuvo que conformar convirtiéndose en el actor secundario del partido. El duelo transcurría sin muchos impactos, pero los de Raúl Llona, poco a poco, se acercaban a la portería de Manu García. El Nàstic estaba desaparecido, las pasadas imprecisas eran comunes tanto en la salida de la pelota desde la defensa, como en la zona más avanzada del campo. De hecho, la primera ocasión peligrosa del partido vino de un error de Josema con la pelota. Diego Esteban interceptó la pasada y remató con potencia una pelota que salió fuera por bien poco.

El equipo volvía a perder las ideas y las pilotadas desde la defensa en la parte alta buscando suerte eran frecuente. Las pelotas no transitaban por el remodelado medio del campo y cuando avanzaban por banda, era habitual ver cómo no se entendían entre lateral y medio del campo.

A pesar de todo, el Nàstic tuvo sus minutos de gloria. Primer Guillermo intentó el gol con uno remado desde la frontal a la media vuelta que salió fuera y, después, llegó la más clara del primer periodo. Desde un servicio de lado, la pelota se llegó a los pies de Marc Fernández y, este, se coló entre los defensores. El delantero grana tuvo tiempo de colocarse y preparar el chute, pero Jero se la paró. Después de estos minutos de arrebato grana, el partido volvió a ser anodino y acabó llegando al descanso sin ningún otro susto en ninguna portería.

El inicio de la segunda mitad vino acompañado de una de las únicas ocasiones del partido por parte del Nàstic. Los grana cuajaron un contraataque liderado por Gorostidi. Este le cedió el esférico a Marc Fernández, que la dejó al límite del área pequeña para Joan Oriol. El capitán remató con contundencia, pero la pelota salió fuera. Esta acción llegó en los primeros minutos del segundo tiempo, y aquí acabó el peligro grana.

Con el paso de los minutos, los grana se notaban más nerviosos y acelerados sobre el césped. Las pasadas eran más rápidas que las ideas y les grana se perdían sobre el terreno de juego, incapaces de generar peligro. El nuevo sistema de Iñaki Alonso no acabó de cuajar entre los jugadores. No se entendían y también faltó el empuje para acercar la portería al área rival. De hecho, era común ver cómo las jugadas acababan por volver a la portería o a los defensores, en vez de buscar el área.

Iñaki Alonso movió el banquillo para hacer reaccionar el equipo, pero ni Simón ni Andy añadieron profundidad sobre el terreno de juego. El único cambio al aportar su granito de arena fue Bonilla. El soriano hizo su trabajo, puso las centradas precisas en el área del Logroñés, pero ninguno encontró a un rematador. El Nàstic se enfrentó al SD Logroñés con las armas sin afilar, pero los de Logroño tampoco estaban del todo acertados. Con todos estos ingredientes, el resultado fue un partido frío, aburrido y con un Nàstic sin encontrar su identidad.

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