Sin ambición y sin alma (2-0)
Iñaki Alonso perdió el primer partido con el Nàstic en un partido donde no estuvieron rivales del Murcia en ningún momento
Sin ambición, sin alma y sin ser rival. De esta manera el Nàstic de Tarragona perdió por 2-0 contra el Real Murcia en un partido en el cual no se presentaron a jugar. Los grana no fueron rivales contra un Murcia que dominó cómo quiso el equipo a la primera mitad. En la segunda, el Nàstic mejoró, pero el resultado continuó insuficiente. Los grana recibieron un choque de realidad y se alejaron todavía más de la zona del play-off de ascenso.
El partido empezaba con dominio del Real Murcia y una presión alta del Nàstic. Los grana consiguieron un córner provocante el error rival, sin embargo, a partir de aquí, el equipo empezó a oscurecerse. El conjunto local se hizo el amo y señor del partido, pero el Nàstic pudo disfrutar del primer remate. Marc Álvarez centró en el segundo palo y Marc Fernández hizo uno remado desviado. Hasta aquí llegó la aportación del Nàstic en la primera parte.
El Real Murcia reaccionó con un rápido contraataque. Pedro León hacía lo que quería por la banda y se coló hasta el área pequeña y, con un globo, superó a Manu García. No tenía ángulo para marcar y, por suerte, nadie remató este centro. La jugada continuó y el remado de Ortiz en el palo corto lo paró al portero grana con el pie. La pelota se marchó a córner y, a la siguiente jugada, llegó la catástrofe. El centro lateral del Real Murcia llegó al segundo palo, donde estaba Pedro del Campo y este, totalmente desconectado del partido, intentó desviar la pelota sin ver que a su lado tenía un jugador murciano. El resultado fue una patada al rival y penalti claro que Pedro León transformó para marcar el primero a los diez minutos de partido.
El gol llegó como un puñetazo en el frente y el Nàstic cayó grogui a la lona. El Real Murcia lo aprovechó para dominar el partido con tranquilidad. Incluso, se permitió el lujo de bajar revoluciones y dar la pelota al Nàstic. Los grana aumentaron el índice de posesión, pero fue fútil. Los grana no consiguieron dar tres pasadas con criterio y, las pocas veces que la pelota llegaba al área, contadas con los dedos de una mano, llegaban por centradas tímidas a la desesperada que no encontraban ningún rematador.
En el campo se veía un Nàstic sin espíritu, sin ambición y totalmente gris y, antes de acabar el partido, los grana pagaron caro este estado de forma. El Real Murcia marcó el segundo con un córner de manual. Pedro León la centró al punto de penalti y Jesús Rueda, inexplicablemente solo, remató dentro con contundencia. Fácil y sencillo, el Murcia ganaba 2-0 al descanso.
Iñaki Alonso movió el banquillo a la media parte para volver a activar el equipo. Andy Escudero, Tirlea y Aarón Rey entraron para buscar profundidad y peligro. En las primeras acciones del segundo tiempo, fue Aarón Rey quien llevó peligro en el área del Murcia, pero sin remado a puerta.
El Real Murcia seguía el mismo guion. El conjunto local dominaba y ahora su estrategia viró a los contraataques. El Murcia aguantaba en defensa y aprovechaba sus oportunidades. Arnau Solá completó uno con remado que salió fuera por poco.
El Nàstic empezó a mejorar e, incluso, tuvo una acción clara de gol. Guillermo Fernández, que salió del banquillo por Marc Fernández, remató al punto de penalti, pero Joao Costa paró la ocasión grana. El equipo empezaba a carburar, pero si mejoras partiendo de la base de la pésima primera mitad, el resultado seguía siendo insuficiente.
No hubo ninguna ocasión más hasta el final del partido e Iñaki Alonso perdió el primero con el Nàstic en el peor momento posible. La derrota fue un choque de realidad que dejó un Nàstic sin ambición, más lejos todavía del play-off de ascenso y que fue incapaz de luchar el partido contra uno de los candidatos al ascenso.