Debilidad defensiva y sin ideas al ataque: los errores que arrastra el Nàstic
Las carencias se apreciaban durante la etapa de Raül Agné e Iñaki Alonso no ha encontrado la solución
El Nàstic está más lejos de la zona de play-off de lo que marca la clasificación. Aunque están en territorio de nadie, a cuatro puntos de subir y de descender, la realidad es que, por las sensaciones que se han trasladado en el césped, el Nàstic está a un abismo de distancia del objetivo. Este curso arrastra un ancla desde el inicio. Esta es la debilidad defensiva y la falta de ideas a la ofensiva.
Si la victoria contra el Intercity dejó brotes verdes en los cuales se tenía que empezar a crecer, con los veinte minutos de un Nàstic agresivo y rápido, el empate en casa contra el Bilbao Athletic y la derrota contra el Real Murcia volvió a dejar el terreno yermo. Las carencias en el juego se han traducido en lo que se vio el último sábado, un equipo sin alma.
En el aspecto defensivo, el equipo es muy frágil. Esta temporada ha recibido un total de 28 goles mientras que el año pasado sólo encajó 30 en todo el curso. De la misma manera, la derrota del último fin de semana es la octava, mientras que el año pasado el Nàstic sólo perdió nueve partidos en total. La facilidad que tiene el equipo recibir goles se hizo evidente en el segundo del Murcia. Con este, el Nàstic suma unos cuantos por falta de coordinación a pelota parada. Jesús Rueda remató sol al punto de penalti, pero, este año, el Nàstic también perdió el partido contra el Eldense a partir de un córner rematado con el pie en el segundo palo y el UD Logroñés arañó un punto de esta manera al inicio de la temporada. Aparte de los servicios de esquina, el gol de Fullana de una falta frontal fue el que condenó Agné. Más allá de las jugadas en pelota parada, los goles encajados en partidos como el del Atlético Baleares y el del Intercity también dejaron abiertos agujeros en defensa.
En el aspecto ofensivo, excepto los 20 minutos contra el Intercity, el Nàstic ha demostrado en los últimos cuatro partidos que, con la pelota, no tiene ideas de cómo llevar la peligro en el área. Alonso señaló que el objetivo era mejorar los centros laterales, pero la realidad es que, tanto con el sistema de rombo sin extremos, como con el 4-3-3, el Nàstic carece de precisión en estos. Además, en el medio del campo, la pelota no se trata con criterio para dar más de una opción clara por partido a los delanteros. Sea por falta de confianza o de juego, Iñaki Alonso tendrá que solucionar estos pecados del equipo para volver a reencontrar el camino.