El Nàstic de Dani Vidal empieza con buen pie (2-0)

El Nàstic de Tarragona de Dani Vidal empieza con buen pie. Los grana realizaron un partido muy trabajado tanto en el aspecto ofensivo como el defensivo y dejó pocas opciones a la Real Sociedad B. La imagen de este partido fue totalmente contraria a la que se vio contra el Eldense. El esfuerzo de los jugadores se vio y la afición respondió. Guillermo y Joan Oriol pusieron la comodidad en el marcador y el muro grana se volvió a alzar con un Eric Montes Arce destacado.

El ambiente en el Nou Estadi Costa Daurada tenía una carga de electricidad diferente del anterior contra el Eldense. Justo antes de que el árbitro silbara el inicio del partido, la afición grana empezó a animar a sus jugadores, aportando un arrebato de motivación extra que se notaron en los minutos iniciales. Dani Vidal destacó que quería un equipo que mordiera a campo contrario y que se dejara todo en el campo y en los primeros minutos eso se notó. Los grana presionaban la salida de pelota rival y provocaban errores entre su línea defensiva. Eso provocó que la pelota no saliera del campo de la Real Sociedad B en ningún momento de los primeros diez minutos. Incluso, Marc Fernández se atrevió con el primer chute del partido desde casi medio del campo. Marc vio al portero adelantado y no dudó, la pelota fue fuera, pero los aficionados del Nàstic agradecieron el valor y siguieron animando.

De la misma manera que el partido contra el Eldense, el Nàstic cerró a su rival, pero la gran diferencia es que, en el minuto 3, tuvo el acierto de marcar el primer gol del partido. Este vino de una jugada a pelota parada. Desde el medio del campo, el Nàstic envió la pelota a la banda derecha. Allí, Quintanilla no dudó y con la cabeza centró la pelota al punto de penalti. Robert Simón, ayer titular, la bajó con el pecho y dejó la pelota muerta sin ningún defensor cerca. Guillermo la pilló con el palo y la envió al fondo de la red. El Nou Estadi Costa Daurada enloqueció y Guillermo rompió su sequía goleadora.

La Real Sociedad B no se quedó atrás y empezó a dominar la posesión poco después del gol. El filial vasco mostró la calidad de sus jugadores en el instante. Los de San Sebastián tocaban la pelota con criterio y no necesitaban mucho para generar peligro. De hecho, Manu García pronto tuvo que estirarse para evitar el empate.

Entre el dominio rival, el Nàstic se hizo un agujero por la banda derecha. Entre la velocidad de Robert Simón y la de Marc Fernández, volvieron loca la defensa rival y el Nàstic tuvo opciones de marcar el segundo. Gracias a una pasada filtrada, Guillermo se plantó solo delante de el portero, pero envió la pelota al palo. Minutos después, Robert Simón hizo un gran centro en el área, pero Guillermo no llegó a rematar por milímetros. El juego se estaba intensificando con las faltas de la Real Sociedad y Pol Domingo tuvo que ser sustituido por lesión. A pesar de la presión rival, el partido fue al descanso con el 1-0 en el marcador.

El inicio de la segunda mitad vino con un sobreesfuerzo de la Real Sociedad B. Los vascos querían remontar y el Nàstic se cerró en defensa y esperó su oportunidad. Minuto a minuto, el filial conseguía las ocasiones, pero los grana alzaron el muro grana y se hicieron infranqueables. Poco a poco, el Nàstic veía rendijas entre el juego rival tan ofensivo. De esta manera, empezaron las incursiones. Al principio eran contraataques tímidos, pero poco a poco, se acercaban con más peligro al área rival. En una de estas, Aarón Rey llevaba la batuta. Eran tres jugadores grana por cuatro defensores rivales, pero, de la nada, Rey extrajo oro. La extrema grana se enfrentó con el defensa dentro del área para driblarlo. Este cayó en su trampa y le provocó penalti. El árbitro lo vio claro y silbó en el instante. Joan Oriol fue el encargado y, con toda la calma, el capitán engañó al portero rival y marcó el 2-0.

Con la comodidad del marcador, el Nàstic pasó a la defensa. Vidal hizo jugar Pochettino y este aprovechó los minutos con detalles de calidad. Los minutos pasaban, la defensa grana se hizo enorme y cerró una victoria necesaria.