Cubo de agua fría en el Johan Cruyff (1-0)
El Nàstic dominó, pero no mató al primer tiempo un partido que se les escapó en pelota parada
El Nàstic de Dani Vidal recibió un cubo de agua fría a Johan Cruyff. Los grana controlaron al Barça a la primera mitad, pero un error grave en una jugada de estrategia condenó al equipo de Dani Vidal a recibir la primera derrota con él en el banquillo. Los grana tuvieron las ocasiones necesarias a la primera mitad, pero no las materializaron y al segundo tiempo perdieron los papeles.
Dani Vidal repitió el once de la semana pasada contra la Real Sociedad B, pero con dos únicos cambios forzados. Guillermo y Manu García fueron baja de última hora y Dani Parra y Marc Álvarez se encargaron de cubrir sus posiciones al once.
El partido empezar con el mismo guion que el de la Real Sociedad B. El Nàstic salió a morder y durante los primeros minutos tuvo la primera. Robert Simón centró una pelota al punto de penalti. Marc Álvarez la cedió con la cabeza a Marc Fernández y este, a la media vuelta, remató en portería, pero el chute fue con poca fuerza.
Después del impulso inicial, el Nàstic retrasó sus líneas y el Barça se hizo con el dominio de la posesión. Los azulgranas tocaban y tocaban, pero los grana, hábiles, los mantenían lejos de la zona de peligro con facilidad. Con el paso de los minutos y después de múltiples intentos sin conseguir perforar el área, el Nàstic volvió a coger el protagonismo.
Los grana no querían dominar el esférico, pero aprovechaban las oportunidades que tenían. Los de Dani Vidal avanzaban con contraataques y, uno de estos fue iniciado por Aarón Rey, acabó con un potente chute de Eric Montes Arce en la frontal que acabó a manos del portero. El Barça Atlético también acabó con algunas ocasiones. La más clara la tuvo a Roberto. El portero azulgrana envió una pelota al delantero y Trilles se comió el bote, dejando completamente solo a Roberto. Este, solo delante de Parra, envió el esférico a las nubes. Poco más ofreció la primera mitad. El Nàstic tenía controlado el juego del Barça Atlético, pero no tuvo el acierto en ataque para matar con las ocasiones que tuvo.
A la reanudación los azulgranas subieron la velocidad del partido. En cuestión de minutos, los azulgranas se plantaron en el área grana más veces que en toda la primera mitad. La gran amenaza del Barça era Estanis Pedrola y en un rápido contraataque se vio por qué. El cambrilense aprovechó su velocidad para adentrarse dentro del área. Estanis se hizo un agujero por dónde rematar y cruzó la pelota en el palo derecho de Parra con uno remado potente. El portero del Nàstic saltó como un gato y detuvo el chute, pero la pelota seguía viva en el área. El segundo remado, sin embargo, lo paró al capitán Joan Oriol con el cuerpo para enviar la pelota a córner.
A pesar de las ocasiones, el Nàstic seguía con el control del juego de los azulgranas, pero eso cambió a pelota parada. Los fantasmas de una defensa débil volvieron a aparecer cuando Moha colgó un servicio de esquina en el segundo palo. Todos los defensores grana en el área estaban en el primero y Chadi Riad remató al segundo con toda la comodidad del mundo para marcar el 1-0. El gol fue un cubo frío de agua, los grana tenían buenas sensaciones, no remataron cuando pudieron y, en un momento de descuido, el partido se complicó.
El gol dejó conmocionado en el equipo de Dani Vidal. Poco a poco, los grana perdían las ideas al ataque y los contraataques trenzados se convertían en pilotadas sin destino seguro. El técnico tarraconense quiso dar un giro al partido donante entrada en Nil, Bonilla y Tirlea, pero no lo consiguió. De hecho, el partido lo que hizo fue calentarse. Tanto Barça como Nàstic empezaban a cortar pelotas de forma contundente y, en una de estas, Marc Trilles hizo una falta al más puro estilo De Jong contra Xabi Alonso a la final del mundial del 2010. La patada en el pecho del azulgrana acabó con una roja directa que dejó el Nàstic con un hombre menos. Si el partido estaba complicado antes, con esta acción se quedó del todo negro.
El Nàstic lo intentaba de todas las maneras posibles, pero el Barça se cerró en defensa y las ocasiones no llegaban al área.