El Nàstic se lleva el partido con efectividad (3-2)
Los grana sufrieron más de la cuenta para sellar la victoria
El Nàstic de Tarragona ganó un partido a base de eficacia. Los grana batieron por 3-2 en el Calahorra en un duelo en el cual sufrieron mucho más de la cuenta. Los de Dani Vidal mostraron dos caras diferenciadas a las dos partes del partido. En la primera, los grana se mostraron incisivos y letales al contraataque marcando dos goles a base de eficacia de aprovechar las ocasiones que tenían. En la segunda, los grana cayeron aturdidos cuando el Calahorra empató en cuestión de minutos. De todos modos, los grana se llevaron unos tres puntos que los alejan del descenso.
Dani Vidal sólo hizo tres cambios con respecto al once inicial que presentó contra el Barça a Atlètic. Manu García volvió a la portería después de superar el proceso viral y, en defensa, Josema completó la formación de Pol Domingo, Quintanilla y Joan Oriol. En medio del campo, el doble pivote formado por Eric Montes Arce y Marc Montalvo volvió y se presenta como la combinación estable que necesitaba el Nàstic. Aarón Rey y Robert Simón volvieron a las bandas y la pareja del ataque estuvo formada por Marc Fernández i Andrei Lupu, que jugaba su primer partido sin máscara protectora.
Los minutos iniciales del partido fueron del Nàstic. El equipo de Dani Vidal salió rápido y centró sus ataques por la banda derecha. Todas las pelotas que caían a las botas de Robert Simón acababan centradas en el área. A pesar de los intentos, los grana no consiguen agujerear la defensa del Calahorra y, con el paso de los minutos, se empezaron a apagar. El juego del Calahorra reinó y, a base de pilotadas, transformó el ritmo del partido. Los dos equipos dejaron de lado el juego trenzado y era fácil ver cómo las posesiones se perdían a los dos o tres toques.
El conjunto rival se sentía cómodo en este tipo de partido y en una de las suyas centradas la pelota la recibió Josema y los de la Rioja no dudaron a reclamar penalti por manos del defensor grana. El juego continuaba y los grana aprovecharon la ocasión para generar un contraataque perfecto. Aarón Rey salía a la carrera y pasó la pelota a Marc Fernández, que estaba más adelantado. El gallego continuaba el recorrido por la banda y cuando Marc lo vio, se la volvió para que este centrara. La defensa rehusó y la pelota cayó a los pies de Marc Fernández. Este la controló, buscó el espacio y batió al portero rival con letalidad.
El gol llegó en el mejor momento, que fue como peor estaba jugando el equipo. Verse por delante en el marcador reforzó el juego de los jugadores y el Nàstic pasó al ataque.
Pol Domingo inició una gran jugada desde el medio del campo y su carrera acabó casi en el área pequeña. Entonces, cedió el esférico a Simón y el remado de este chocó con el portero. El rechazo la atrapó Simón de nuevo, pero la tocó con las manos y se la cedió a Lupu. Este marcó, pero el árbitro anuló la acción por fuera de juego.
El Nàstic estaba enchufado y los contraataques eran desgarradores. De hecho, el segundo gol también llegó en una acción al contragolpe. Esta vez fue Lupu quien la inició y se la pasó a Marc Fernández. El delantero grana llevó la pelota hasta la frontal y la recorrió buscando un espacio. Cuando parecía que se estaba quedando sin opciones, remató y la pelota se estrelló con el palo. El rebote fue directamente a los pies de Aarón Rey y el gallego la envió al fondo de la red. Con el 2-0 en el marcador, los fantasmas del mal juego de los primeros minutos desaparecieron y el equipo se mostró liberado. El Nàstic mostró su juego más eficaz marchante al descanso con 2-0 en el marcador.
Teniendo en cuenta la ventaja en el marcador y el juego del equipo, parecía que el partido estaba dado y bendecido, pero no fue así. A la reanudación, el Calahorra fue el conjunto que empezó más enchufado y no tardó demasiado en recortar distancias. El 2-1 llegó en un centro lateral que remató Baselga con el pie. El delantero ganó la espalda a Quintanilla para recortar distancias. El gol fue todo un puñetazo y el Calahorra no se frenó aquí. Los rivales seguían insistiendo y el Nàstic perdió todo el carácter que mostró a la primera mitad. El segundo no tardó en llegar. El partido se convirtió en un monólogo del conjunto de la Rioja y, en otro centro lateral, Davo marcó el 2-2.
En un abrir y cerrar de ojos, el partido estaba empatado y el Nàstic, dejado inconsciente. El Calahorra buscaba el tercero y tuvieron ocasiones más que suficientes para conseguirlo. El Nàstic estaba completamente batido, así que Dani Vidal decidió mover banquillo para dar entrada jugadores eléctricos como Marc Álvarez, Pochettino y Bonilla.
Los grana se reactivaban con jugadas puntuales, pero bien aprovechadas. En una de estas pilotadas filtradas detrás de los defensores, Marc Álvarez se plantó al área rival y, con un hábil chute, remató a manos del defensor y el árbitro silbó penalti. Con Bonilla sobre el césped, estaba claro quien sería el lanzador. El soriano no falló y marcó un 3-2 que cambió el partido completamente, más allá de la ventaja en el marcador.
El alma del partido pasó de las pitadas de la afición por las acciones erráticas de los jugadores grana a gritos de ánimos. Tocaba aguantar y sufrir y así lo hizo el Nàstic para sellar la victoria y conseguir los tres puntos.