Desastre monumental en el Nou Estadi Costa Daurada (0-1)
El Nàstic no supo remontar el error inicial de Dani Parra en un partido gris y sin ideas
De esta manera no se puede hacer nada. El Nàstic de Tarragona se metió en un problema de los mayores perdiendo por la mínima contra el Real Unión y se queda a tres puntos de descenso. Los vascos y el Cornellà delimitan el descenso a Segunda Federación con 40 puntos, empatados con la Nucía, también con 40, pero fuera del descenso. Los grana no supieron remontar el error inicial de Dani Parra en un partido gris en el cual faltaron las ideas en ataque y la calidad para ejecutarlas.
En los primeros minutos de partido, los roles de los actores sobre el césped del Nou Estadi Costa Daurada se establecieron. El Real Unión dejó la pelota al Nàstic. Los vascos no necesitaban nada más que aprovechar alguna ocasión aislada, y la tuvieron pronto.
En el minuto 8, tuvo lugar una tragedia. Víctor Parada avanzaba por la banda e hizo una centrada lateral en primer momento, sin peligro. Sólo había Aramburu para rematar en el segundo palo y, este, estaba tapado por Joan Oriol. Era pelota para el portero, pero Dani Parra erró a la hora de pararla y se la dejó regalada a Aramburu, que marcó a placer. El portero, que llegaba para llenar a Manu García, pidió perdón en el Nou Estadi y toda la afición aplaudió como una señal para animarlo.
Con todo, el Real Unión encontró lo que buscaba sin muchos esfuerzos, así que el resto de las primeras artes no tuvieron muchos argumentos más en ataque. Los grana se pusieron manso en la obra para volver a igualar el partido. Marc Fernández tuvo la primera. Él mismo cogió la pelota en medio del campo y la puso en la frontal para rematar, pero el chute se tropezó con un defensor y salió fuera. Pocos minutos después, Pablo intentó la suya peinando una centrada de Tirlea en el primer palo, pero sin suerte.
Con el paso de los minutos, el Nàstic se fue apagando como una vela con respecto a las acciones ofensivas. Los grana se quedaban sin ideas y la ejecución tampoco era buena. Eso se vio con Aarón Rey. El gallego no tuvo su día y erró las dribladas y decidió mal cuándo centrar el esférico en el área. Cada vez las acciones ofensivas del Nàstic eran más tímidas hasta llegar al descanso lejos de la portería rival.
A la reanudación, Vidal lo tuvo claro. Aarón Rey se quedó en el banquillo y entró Andy Escudero. A pesar de la intención, el guion del partido fue lo mismo que a finales de la primera mitad. El Nàstic tenía el esférico, pero era una posesión estéril, porque no se concretaba en ningún momento en una ocasión de peligro. El videomarcador mostró que había 4.142 almas, pero el Nou Estadi se quedó mudo.
La pasividad en la gradería sólo se acabó cuando, veinte minutos después de la reanudación, Andy Escudero probó un remate en la frontal del área. El público reaccionó animando en el equipo y los grana volvieron a tener diez minutos de conexión en los cuales bombardearon la portería rival, pero el gol no entraba.
Este empuje se acabó y, ni los cambios de Bonilla, Marc Álvarez y Pedro del Campo mejoraron el juego ni tampoco Pablo Fernández, que se marchó lesionado. El paso de los minutos agravó el problema que se veía en el campo: el Nàstic no sabía qué hacer para remontar. Ni ideas ni habilidad.
En los últimos minutos, Dani Parra paró el 0-2 en una situación de dos contra uno, pero nada que hacer. El Nàstic perdió y se metió en un problema de los graves: el descenso está a tres puntos. El Nàstic no supo remontar el error inicial de Dani Parra en un partido gris y sin ideas.