La falta de contundencia en ataque deja el Nàstic en una situación delicada
Los grana se encuentran a tres puntos del descenso después de mostrarse, nuevamente, sin ideas para marcar
El Nàstic se metió en un grave problema después de caer derrotado contra el Real Unión. Los grana se sitúan a tres puntos del abismo del descenso, una situación de vértigo que da realmente miedo para todos los que presenciaron la derrota el domingo. Los grana recibieron un golpe muy pronto con el error de Dani Parra y tuvieron que ponerse a remar desde el minuto ocho. Más allá del gol encajado, la desesperación de los aficionados vino a la hora de ver el control estéril y la falta de ideas del ataque grana.
La falta de contundencia fue evidente y a Dani Vidal lo reflejaba en declaraciones en la rueda de prensa: «No se puede llegar tanto al área rival y que pasen tan pocas cosas. Tenemos que mejorar más de lo que hemos mostrado, porque no ha sido suficiente».
El del domingo no fue el día de nadie, empezando por los encargados de generar peligro, como son Aarón Rey y Marc Fernández. El de Corbera de Llobregat mostró, una vez más, que a la derecha no es tan efectivo. De hecho, empezó a coger protagonismo en el momento que intercambió la banda con Aarón Rey. Este último jugó uno de sus peores partidos del año. No supo encarar a los defensas rivales y tampoco se mostró nada acertado a la hora de distribuir la pelota, porque muchas veces desperdiciaba centradas claras para hacer más bicicletas de la cuenta. De hecho, eso se reflejó pronto, porque Dani Vidal lo dejó en el banquillo al principio del segundo tiempo por Andy Escudero. Este último, después de siete partidos desaparecido, vuelve a disfrutar de minutos y fue de los únicos que los aprovechó.
Con respecto a los dos delanteros, ni Pablo ni Guillermo se fueron capaces de cazar ningún centro lateral porque se encontraban lejos de la línea de remado cuando ocurría. Todo eso se acabó traduciendo en un juego apático en el cual los grana controlaban el esférico, pero sin forzar al portero rival más de la cuenta.
El Nou Estadi Costa Daurada, mudo
La primera mitad acabó con una situación de control estéril grana y, a la reanudación, continuó. Esta situación dejó un ambiente fúnebre en el Nou Estadi Costa Daurada. Los nastiquers sólo se reactivaron veinte minutos después con el primer chute de peligro de Andy Escudero.
La afición del Nàstic siempre compensa a su equipo cuando se deja la piel y este tramo fue bastante definidor de la grave situación actual. Si el equipo sigue esta línea, entrará en una vorágine negativa que les podría hacer caer al abismo. La pelota está en su tejado, tienen que ganar el UD Logroñés el domingo.