Tres puntos de tranquilidad (1-0)
El gol matinal de Quintanilla fue suficiente para certificar una salvación virtual
El Nàstic de Tarragona consiguió tres puntos que valen una salvación. Los grana superaron el Cornellà gracias a un único gol de Quintanilla en el minuto dos de la primera mitad. Los grana no pudieron rematar el partido y acabaron, por descontado, sufriendo hasta el final para asegurar un triunfo que los deja a seis puntos del descenso cuando sólo hay seis puntos en juego. Aunque la permanencia no es matemática, esta victoria da mucha tranquilidad tanto a Dani Vidal como a la entidad grana.
Dani Vidal hizo los cambios justos al once que le dio la victoria contra la UD Logroñés. Manu García recuperó la portería y Pol Domingo entró en el lateral derecho ante la ausencia de Tirlea por acumulación de amarillos. Aunque Trilles estaba disponible, el técnico tarraconense mantuvo la línea defensiva formada por Alex Quintanilla y Eric Montes Arce.
Los grana empezaron el partido con los ánimos cargados. Con la derrota del Baleares y la Nucía, el descenso se quedaba a los 43 puntos. De esta manera, desde que echó la pelota a perder, el Nàstic enfocó la portería rival. En un duelo, Pol Domingo cayó a tierra y el árbitro, con retraso, señaló falta. Estaba a unos metros del área de Dani Vidal, pero Andy Escudero se encargó de transformar la acción en pelota parada en una jugada peligrosa. Quintanilla saltó al punto de penalti, pero no llegó al remate. La jugada no acabó allí, el Cornellà se hizo un elío y no rehusó la acción con claridad. Con la pelota muerta dentro del área, Quintanilla, astuto, se alargó para rematar el esférico y marcar el primero. Sólo habían pasado dos minutos desde que el árbitro silbó el inicio y el Nàstic ya se había encontrado con un gol.
Romper la línea defensiva del Cornellà se convertiría en un dolor de cabeza con los minutos, así que un gol matinal quitó un peso de encima tanto de la conjunta grana como del Nou Estadi Costa Daurada, que dejó aparte la desazón inicial y reventó en ánimos. La fuerza del gol mantuvo en el Nàstic vibrante. Los grana mantenían el peligro en el área rival. Primero, Guillermo intentó uno remate de espuela que no salió y, después, Marc Fernández intentó acabar un contraataque iniciado por Gorostidi, pero la resolución tuvo poca fortuna.
Con el paso de los minutos, esta tranquilidad que dio el primer gol, acabó anestesiando al equipo. El Cornellà, tímidamente, tomó la iniciativa del equipo poco a poco y los grana empezaron a brillar más en acciones defensivas que en las ofensivas. Pol Domingo y Alex Quintanilla aparecían cuando el equipo los necesitaba para detener el juego del Cornellà, pero el conjunto barcelonés, poco a poco, se acercaba cada vez más a la portería del Nàstic.
Joan Oriol, a solas, intentó volver a sentar la cabeza al ataque grana. El lateral cogió la pelota a campo propio y la dejó a la frontal del área. Allí la cedió a Marc Fernández, pero el extremo forzó demasiado la línea de fondo y desperdició la ocasión. Por su parte, el Cornellà reavivaba con Alfred Planas. El extremo inició una jugada en medio del campo y la acabó él mismo con una centrada en el área pequeña. Parecía inofensiva, pero Enri le ganó la espalda a Montes Arce y remató a solas en el travesaño. El rechazo también lo remató el Cornellà a través de Mamor, pero la pelota salió fuera. Esta fue una señal para todo el equipo, el Cornellà no estaba muerto y el Nàstic, si no cambiaba el chip, acabaría sufriendo.
A la reanudación, el Nàstic volvió a coger un impulso. Durante los primeros minutos de la primera mitad, los grana cerraron el Cornellà dentro de su área, pero no consiguieron ninguna ocasión clara para rematar el partido. Con el paso de los minutos, se repitió el guion de la primera mitad. Los grana perdieron la intensidad y el Cornellà lo aprovechó de nuevo para hacer de las suyas. Por suerte, el peligro que generaban era insuficiente. La mayoría de los remates acabaron fuera o a manos de Manu García.
Dani Vidal no quería riesgos que pudieran complicar el partido. Marc Montalvo, que estaba amonestado, fue sustituido por Marc Trilles. La señal era clara: aguantar hasta el final con una defensa férrea. Eric Montes Arce movió su energía en el centro del campo y Trilles dio músculo al eje de la defensa. Este cambio le vino bien en Montes Arce, porque en esta posición más avanzada pudo tomar la valentía de intentar acabar segundas jugadas, pero los suyos remates no entraron. La más clara la tuvo Nil Jiménez en las postrimerías del partido. El lateral grana Los minutos pasaban y, sin matar el Cornellà, los nervios cada vez se notaban más.
No podía ser un partido del Nàstic si no se sufre, y así fue. El Cornellà acabó el encuentro bombardeando el área grana con centradas, pero el Nàstic se defendía con uñas y dientes. Incluso, en los minutos finales, el portero, Lucas Anacker, intentó hacer la épica rematando los dos últimos córners, pero la pelota no entró. El árbitro silbó el final y el Nàstic celebró unos tres puntos que tienen sabor a salvación.