El Nàstic aguanta el pulso al líder i se salva matemáticamente (1-1)
Un gol de Quintanilla y un papel muy serio de toda la conjunta grana evita el ascenso del líder sin sufrir mucho
El Nàstic de Tarragona consigue chafa la fiesta del Amorebieta con un empate de mérito. Los de Dani Vidal supieron sufrir el empuje del conjunto local durante todo el partido e, incluso, levantando el gol inicial de Jauregi a través de un brillante a Alex Quintanilla. Con el empate, el Nàstic se salva matemáticamente y se queda a un punto de las posiciones de Copa del Rey.
El ambiente de fiesta llenaba todo el estadio de Urritxe. Las dimensiones y la capacidad son pequeñas, pero los aficionados del Amorebieta llenando todas las graderías, colinas y donde fuera posible para animar su equipo. El conjunto de Haritz Mújika salió con la intensidad que esperaban los aficionados. Los primeros minutos del partido fueron de dominio absoluto local. En un campo pequeño, el fútbol directo era la estrella y, mientras que el Amorebieta buscaba las centradas laterales, el Nàstic no podía hacer otra cosa que sacarse la pelota de encima.
Con el paso de los minutos, el Nàstic despertó y el partido se igualó. Fue una lucha constante para dominar el control aéreo del duelo. Pilotada alta y lucha por bajarla que normalmente acababa en choques entre los jugadores de los dos equipos. El conjunto local, sin embargo, tuvo las primeras ocasiones. Primero lo probó Rayco con un chute cruzado que Manu García supo detener. Después, Manu se volvió a ser el héroe. Nil Jiménez estuvo blando y perdió una pelota en medio del campo que se transformó en ocasión directa local. La centrada lateral de Dorrio la remata Pradera a solas delante de Manu, pero el portero rectificó y, con una gran mano, envió la pelota a córner. Esta alegría duró muy poco. El córner lo centraron en el primer palo y Pablo erró y, en cuenta de sacarla del área, la dejó muerta ante Manu para que Jauregi, pichichi de la categoría con 15 goles, marcara el 1-0 a placer.
Los aficionados enloquecieron, pero el gol sirvió para volver a mover la balanza. El Amorebieta perdió el control del partido y se dedicó a defender contra un Nàstic que se pasó gran cantidad de tiempo con un control estéril, sin generar peligro. En el último tramo del primer tiempo, sin embargo, todo cambió. Después de una jugada en pelota parada que los vascos no supieron rehusar con contundencia, Trilles consiguió centrar una pelota en el segundo palo y Quintanilla, con un toque sutil, volvió a igualar el encuentro. Este fue un premio para un Nàstic que se supo rehacer-se del gol inicial del Amorebieta.
La segunda parte empezó con el mismo guion que la primera. El Amorebieta premia el acelerador, pero el Nàstic conseguía aguantar la situación sin muchos sufrimientos. La conjunta grana se cuadró bien en su papel en el campo del mejor local y con un ambiente a su favor. Con el paso de los minutos, el Amorebieta perdía comba, incapaz de perforar la defensa grana. Trillas y Quintanilla volvieron a brillar y el Nàstic estaba satisfecho manteniendo el empate en el marcador. Los minutos pasaban y la victoria del Eldense no hacía más que añadir más nervios al Amorebieta.
Con el paso de los minutos, el conjunto vasco empezó a ejercer su papel y buscó romper el empate. Por otra parte, el Nàstic quería que se jugara el mínimo y las rampas y las molestias entre los jugadores eran comunes. El última la tuvo Ryan Edwards, pero Manu García le paró el remate.
Los grana tiraron de oficio y sellaron un empate de mérito controlando al líder, sellando la salvación matemática y acercándose a un punto de la posición de Copa del Rey.