Dani Vidal, el entrenador más eficaz
El Nàstic ha completado un año decepcionante, pero, de los tres entrenadores que se han hecho cargo del equipo, es el que mejor ha hecho funcionar las piezas
El Nàstic de Tarragona cerró el sábado un año decepcionante con respecto al objetivo marcado del ascenso directo a principios de curso. Los grana consiguieron el premio de consolación: una victoria contundente por 3-0, para poner punto y final con alegría a la temporada y la clasificación para la Copa del Rey, después de la derrota de la SD Logroñés. El Nàstic ha sido octavo con 53 puntos y se quedó a siete del play-off de ascenso y a siete del descenso.
En esta temporada han pasado tres entrenadores por can Nàstic y, con los números en la mano, el más efectivo con la plantilla ha sido Dani Vidal. En su primera experiencia en el banquillo ha acabado con una media de 1,69 puntos por partido, superior a la de 0,83 de Iñaki Alonso y la de 1,37 de Raül Agné. Los números que ha obtenido son de play-off , pero sea por la herencia obtenida o por no conseguir una racha positiva más perfecta, la realidad es que no lo consiguió.
Etapa Agné
Raül Agné se ganó la continuidad, pero el estilo de juego mostrado el año pasado no cuajó entre la afición grana. De esta manera, el de Mequinenza decidió adelantar líneas y buscar un juego más combinatorio que directo, sin encerrarse atrás. El inicio de temporada fue duro. Agné alcanzó 5 de los 18 puntos posibles. Muy pronto, el técnico aragonés se encontró en la peculiar situación del ultimátum, que superó.
En el mes de diciembre, después de la victoria contra el Barça Atlètic, fue la última vez que el equipo estuvo entre los cinco primeros. El éxito del Nàstic en la Copa del Rey, con la victoria contra el Málaga y compitiendo contra el Osasuna de Primera División de tú a tú, tapó una realidad en la liga: el equipo se estaba desangrando por la ternura defensiva y, por otra parte, las armas del ataque estaban romas. Agné dejó al equipo a cuatro puntos del play-off, con las mismas victorias y derrotas.
Alonso lo empeora
Con el pretexto de mantener el cuerpo técnico de Agné, Iñaki Alonso llegó para dar un giro al equipo. Lo intentó reiteradamente, porque a cada partido que pasaba, el sistema de juego variaba, pasando de un 4-4-2 en forma de rombo en el centro del campo hasta verse obligado a volver al 4-4-2 con extremos en las bandas, el once habitual del equipo.
Su idea no cuajó en ningún momento y, de hecho, fue el único de los tres entrenadores que no fue capaz de ganar en el Nou Estadi. En dos partidos sumó dos insípidos empates contra la SD Logroñés y el Bilbao Athletic, en los que el equipo grana casi no ofreció fútbol. Después de seis partidos y entrando en el top 3 de entrenadores más efímeros de la historia grana, se marchó dejando al Nàstic a diez del play-off y a un punto del descenso después de la derrota más contundente de la temporada, un 0-4 contra el Eldense.
Con Vidal, el objetivo final ya había cambiado al de la permanencia. El técnico recuperó el estilo de Agné del año pasado: ganar desde la defensa. Esta técnica hizo funcionar a un equipo roto y obtuvo resultados y se quedó a siete del play-off. No todo fue positivo, Vidal también sufrió una sequía de tres partidos sin ganar a causa de repetir el habitual problema de la temporada: atacar. Quién sabe qué hubiera pasado de no haber fallado contra el Osasuna Promesas, el Atlético Baleares y el Real Unión. Con todo, alcanzó los objetivos marcados por el club: la permanencia y la Copa del Rey.