El Nàstic se lleva el clásico de las pretemporadas (1-0)

El Nàstic se llevó el clásico del verano contra el Zaragoza con un gol de Pablo Fernández a la primera mitad. Como cada año, aragoneses y tarraconenses ofrecieron un duelo de alta intensidad. Los brotes verdes que se vieron contra la Andorra crecieron en este partido. Los de Dani Vidal se mostraron más decididos al ataque, generando peligro en cuestión de tres pasadas. Además, supieron aguantar la ventaja a la segunda mitad cuando los aragoneses apretaron el acelerador para empatar. Los mejores minutos grana aparecieron en los primeros 45 minutos con una dupla Joan Oriol-David Concha, especialmente afilada.

El Nàstic empezó la primera mitad con un once que casi podría ser titular. Dani Parra, en ausencia por lesión de Varo, acapara la mayoría de minutos. Joan Oriol, Trigueros, Nacho y Tirlea formaron la defensa. Montalvo y Borja Martínez se hicieron con la medular, mientras que en las bandas jugaban Concha por la izquierda y Jaume Jardí por la derecha. La dupla de ataque estuvo formada por Pablo y Marc Fernández, una que ya se utilizó el año pasado.

Los primeros movimientos del partido dejaban ver que este se parecería muy poco al de la Andorra. Tanto los de Vidal como el Zaragoza añadieron un plus de intensidad tanto al césped como a las graderías, cargadas de aficionados aragoneses.

Dani Vidal prometió un Nàstic mejorado en ataque, y el equipo respondió. En cuestión de tres pasadas llegó la primera ocasión. Joan Oriol se la cedió en Jardí con un centro raso preciso. El reusense dejó el esférico a Tirlea y el centro del lateral lo remató Marc Fernández. La pelota salió fuera, pero el equipo dio un aviso: no necesitan mucho para generar peligro. Eso era difícil de ver el año pasado.

En contraposición de las buenas sensaciones al ataque, surgieron dudas en defensa. En una falta directa en la frontal del área, el Zaragoza marcó el primero, pero fue anulado. La jugada fue rápida, centro en el segundo palo y Trigueros perdió el duelo. El atacante del Zaragoza cruzó el esférico en el área pequeña y Pau Sans marcó a placer. El árbitro lo invalidó por fuera de juego, pero la diana era legal.

Después de este susto, el Nàstic se concentró en atacar. La conexión Joan Oriol-David Concha hizo un agujero a la defensa aragonesa y, poco a poco, las ocasiones eran más habituales. Pablo tuvo la primera más clara, con uno remado potente que se estrelló en el travesaño. El asedio en la portería de Poussin no se detuvo y el primer gol no tardó en llegar. Joan Oriol se coló dentro del área y le ganó la espalda a su defensor. Cuando parecía que la pelota iba fuera, Oriol llegó y asistió a Pablo que, esta vez, no falló. Con el gol, el partido se estabilizó con Zaragoza más despierto, pero con un control estéril.

En la segunda parte, Vidal cambió el once casi al completo. El ataque lo formaron Andy Escudero y Mario por las bandas y Marc Álvarez y Gorka Santamaría se situaron en el centro. El ariete vasco volvió a pisar el césped del Nou Estadi después de unos partidos ausente por una sobrecarga. Óscar Sanz y Gorostidi ocuparon el medio del campo mientras que Dufur y Pol Domingo se sumaron a Nacho y Joan Oriol a la línea defensiva. Más adelante, Pochettino se ocupó del lateral derecho y Pol Domingo se situó en el eje de la defensa.

El Zaragoza sacó su arsenal del banquillo y, con los jugadores más habituales en el césped, el Nàstic no lo tuvo tan fácil para generar ocasiones.

El Nàstic tuvo opciones al contragolpe. Andy Escudero vio un agujero y desde la banda derecha pasó una pasada telegrafiada a la izquierda donde Mario estaba a solas. El extremo, sin embargo, dudó, y un defensor llegó a taparle el remado. El Zaragoza también tuvo sus ocasiones, pero entre Parra y el poco acierto de su ataque, el Nàstic mantuvo la ventaja en el marcador.

Con el paso de los minutos, el Zaragoza apretó el acelerador, pero el conjunto de Dani Vidal supo hacer le que no consiguió contra la Andorra: mantener el resultado sin errores.