Fútbol femenino
El Palau d'Esports vibra para celebrar la victoria de la selección española
En torno a 800 personas se reunieron en el equipamiento de la Anilla Mediterránea para vivir en directo los nervios, la emoción y la euforia de la final del Mundial femenino
Nerviosismo, alegría y, sobre todo, euforia, fueron algunas de las emociones que hicieron vibrar ayer el Palau d'Esports Catalunya. Según indicaron el Ayuntamiento de Tarragona, en torno a 800 personas se reunieron en Campclar para dar apoyo a la selección española femenina en un momento histórico. Esta escena se repitió en varios puntos de la demarcación, como es el caso del Casal Municipal de Creixell y del Vendrell. Las futbolistas entrenadas por Jorge Vilda se proclamaron campeonas del mundo por primera vez después de vencer a la selección de Inglaterra por 1-0, con un gol de Olga Carmona.
El ambiente, sin embargo, empezó una hora antes del hito en las puertas del Palau. Niños, niñas, familias y grupos de amigos se reunieron con camisetas de la selección española, preparados para animar como si estuvieran a pie de césped con sus jugadoras en Australia. Dentro de la instalación deportiva, el público se reunió en torno a las cuatro pantallas que están equipadas en el Palau en cada una de las cuatro esquinas de la pista.
Con el paso de los minutos, las emociones de los asistentes se encendían progresivamente. Durante la primera parte, la selección española dominaba el partido y, poco a poco, generaba peligro en la portería rival. La primera clara la tuvo Alba Redondo. El remate, sin embargo, salió desviado y todo el Palau se lamentó al unísono. La calma llenaba las graderías y no fue hasta el minuto 29 de partido que la burbuja de emociones acumuladas no rompió. Olga Carmona fue la heroína de la selección y, con un chute cruzado, marcó todo un golazo que hizo levantar al público de las sillas. La alegría llenó la gradería y no tardaron mucho más en aparecer los cánticos «yo soy español, español, español» para celebrar la momentánea victoria del conjunto nacional. Desde este momento, cada acción polémica y cada ocasión de gol venía acompañada con los gritos de los tarraconenses que se acercaron al Palau d'Esports.
El equipamiento también reunió a gente de fuera de Tarragona. Es el caso de Nerea Gutiérrez, una barcelonesa que aprovechó su estancia en un camping de la ciudad para acercarse a animar a sus ídolos: «Yo juego a fútbol en el equipo de Sant Llorenç de Terrassa. No me podía perder de ninguna manera el partido de mías referentes. Cuando mi familia y yo nos dimos cuenta de que se podía ver aquí no dudamos y vinimos para dar apoyo al equipo en un ambiente adecuado».
Las familias llenan el Palau
El partido fue un acontecimiento familiar. La tarraconense Marisa se acercó con toda su familia con el objetivo claro de dar apoyo al fútbol femenino. «En mi familia todos son niños y juegan a fútbol. No hemos tenido la suerte de tener niñas, pero venimos para dar apoyo al fútbol femenino. Hay un muy buen ambiente y quería responder para que se vea que el fútbol femenino también puede llenar pabellones con estos tipos de acontecimientos», destacaba Marisa.
Las más pequeñas también eran las protagonistas. Este fue el caso de un grupo de amigos de Icomar, entre ellos la familia Delgado. Emma, Helena, Erika, Eiriin, Andrés y Alejandro, de entre 7 y 11 años juegan a fútbol en los equipos del Colegio Sant Pau, el Cambrils y el Icomar. Juntos vieron todos y cada uno de los partidos de la selección hasta llegar a la final. Por este motivo, no se quisieron perder la oportunidad de vivir este partido en este ambiente. Emma vivía el partido con más emoción que el resto. La chica llevaba una camiseta suya firmada por las jugadoras de la selección, una joya que lucía con orgullo.
En la segunda mitad, Inglaterra cogió más protagonismo, así que la alegría y la confianza que se vivieron en los primeros 45 minutos cambiaron por gritos de ánimos, nervios y murmullos cada vez que las inglesas tenían una ocasión de gol. En el Palau d'Esports se podía ver fútbol en las graderías. Los más pequeños que no podían centrar su atención en el partido aprovecharon el espacio entre las graderías y la puerta de entrada para jugar su partido particular. El ambiente de tensión volvió a estallar con el penalti silbado a favor de España. Los gritos de protestas se convirtieron en lamentos después de que la portera inglesa, Mary Eaps, parara el remate de Jenni Hermoso.
Con el paso de los minutos, Jorge Vilda decidió dar entrada a Alexia Putellas. Cuando la jugadora apareció en las cuatro pantallas, los aficionados centraron su atención en ella. La jugadora, que ha ganado dos pelotas de oro, es uno de los emblemas del fútbol femenino en España y eso se hizo notar con aplausos y cánticos de Alexia balón de oro. A medida que el partido llegaba a su final, la fiesta crecía. Todo el mundo quería celebrar el final del partido, pero el árbitro decretó trece minutos de añadido que se vivieron con mucho sufrimiento. Se vivía un ambiente de calma tensa que acabó estallando con el silbido final.
La euforia dominó y el Palau vibró con aplausos y saltos de emoción. Hace 13 años, la selección masculina ganó el Mundial de fútbol y, ayer, fue el momento de la selección femenina. La fiesta continuó en el parking de la Anilla Mediterránea. A medida que los asistentes llegaban a su coche, premian todos el claxon para celebrar la victoria. Además, poco a poco, desfilaban con las banderas de España ondeando.
Las opiniones de la afición
Nerea Gutiérrez (Barcelona)
«Soy de Barcelona y juego en el Sant Llorenç de Terrassa. Este fin de semana estoy en un camping de Tarragona y no me podía perder el partido de mías referentes».
Marisa (Tarragona)
«En mi familia todos son niños y juegan a fútbol, no hemos tenido la suerte de tener niñas. Venimos aquí en familia para apoyar al fútbol femenino».
Familia Delgado (Tarragona, Icomar)
«Siempre nos reunimos con una pandilla de amigos para ver el fútbol. Todos los niños son futbolistas y juegan en el Colegio Sant Pau, el Icomar y el Cambrils. Además, somos de los barrios de Ponent así que queríamos venir al Palau d'Esports para ver la final y apoyar a la selección femenina».