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El Nàstic rompe la maldición (1-0)

El gol de Nacho González fue suficiente para exorcizar el Nuevo Estadio en la primera jornada de liga y ganar el Arenteiro

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No más maldiciones. El Nàstic de Dani Vidal se estrenó rompiendo una norma que se había establecido las últimas 13 temporadas con una victoria contra el Arenteiro. Nacho González realizó un exorcismo en el Nou Estadi marcando el primero y el único gol del partido rematando un córner en el tercer minuto de partido. Los grana desplegaron su mejor fútbol durante la primera media hora. Fue un asedio total en la portería rival que podía haber acabado con un resultado más voluminoso. En la segunda parte el Arenteiro levantó la cabeza, pero el Nàstic supo sufrir para llevarse los tres puntos.

Dani Vidal presentó un once similar a los de los últimos partidos de pretemporada, con una sorpresa bajo palos, Dani Parra le ganó la partida a Alberto Varo en esta primera jornada y alimenta el debate en la portería.

Como es habitual, el Nàstic jugó sus mejores minutos al inicio del partido. Los grana salieron enchufados y en las primeras jugadas ya generaron peligro en la portería de Diego García. De hecho, en el minuto tres, los grana ya tenían un córner a favor.

Dani Vidal ya tenía una jugada de estrategia preparada. Con todos los jugadores bajo la portería, Borja Martínez centró el córner muy cerrado al primer palo y Nacho a aparecer para peinar la pelota hacia la portería. La defensa gallega intentó rehusar el sorprendente remate pero no fueron rápidos y la pelota se coló en el fondo de la red. No pasaron ni cinco minutos y el Nàstic ya se encontraba con el marcador a favor.

La diana de Nacho fue más gasolina en el tanque del Nàstic. A los jugadores del Arenteiro le temblaban las piernas y los grana dieron un paso adelante. El peligro llegaba por las bandas. Jaume Jardí se presentó, en partido oficial, a la afición grana como un puñal por la izquierda. Este la centra en el segundo palo y Andy Escudero, sin dudar, remata en portería dentro del área. El portero la paró, pero la pelota estaba muerta dentro del área. Marc Fernández llegó a rematar, pero sin suerte. En cuestión de diez minutos, el partido estaba siendo un bombardeo grana en la portería de Diego García. Así fue durante los siguientes diez minutos. La conexión Andy-Pablo provocó más de una ocasión dentro del área, pero el portero rival estuvo muy acertado. De hecho, el Nàstic acabó marcando el segundo, Marc Fernández definió con calidad una pasada filtrada de Andy, pero se encontraba en fuera de juego y la diana fue anulada.

Transcurrida la primera media hora de partido el Nàstic disminuyó las revoluciones. La pelota pasó a las piernas del Arenteiro, pero los gallegos no podían hacer nada con ella. Se trataba de una posesión estéril que el Nàstic aprovechó para recuperar energías después de la presión y velocidad de los primeros minutos. Los grana se cerraron en defensa, pero Jaume Jardí tuvo la última de la segunda parte con uno remate potente desde la frontal, pero se tropezó con las manos de García.

La segunda mitad empezó de la misma manera que acabó la primera, con ocasión de Jaume Jardí. El reusense finalizó una jugada clásica. Andy Escudero avanzó por la derecha, centró en el segundo palo y Jardí ejecutó un buen golpeo que obligó a Diego García a estirarse.

Con el paso de los minutos, el Nàstic perdió fuelle. El dominio no era tan asfixiante como el de los primeros veinte minutos de partido, pero mantenían el pulso.

La más clara de la segunda mitad la tuvo Marc Fernández justo antes de que lo cambiaran. Jaume Jardí se coló dentro del área y le pasó la pelota a Fernández. Estaba solo, pero el remate lo paró Diego García con el pie como un portero de balonmano.

Los minutos pasaban y el Arenteiro empezaba coger la iniciativa. Como no podía ser de otra manera, tocaba sufrir. Los gallegos acumularon tres jugadas de peligro en cuestión de cinco minutos. Primero una falta peligrosa en la frontal que se estrelló en la barrera. Segundo, una jugada de córner que se acabó alargando con un segundo servicio de esquina. Este acabó con un remate peligroso en la frontal del área, pero allí apareció Óscar Sanz que, con el cuerpo, evitó el peligro en la portería de Parra.

Tocaba aguantar y así lo hizo el Nàstic hasta que el árbitro silbó el final y, después de 13 temporadas, los grana rompieron la maldición de las primeras jornadas para dormir líderes, como mínimo, hasta el domingo.

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