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El nuevo Nàstic llega para quedarse: presión alta, intensidad y velocidad

Los grana se estrenaron con un partido sólido en el cual mantuvieron las fortalezas mostradas a la pretemporada

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El Nàstic de Dani Vidal se estrenó a la liga contra el Arenteiro en un partido sólido de principio a fin. Durante la pretemporada, los grana mostraron un cambio en el juego respecto de la temporada pasada. El nuevo Nàstic destaca por elaborar una presión alta y asfixiante en la salida de pelota rival y, sobre todo, rápido en las transiciones y más atrevido contra la defensa rival. Contra el Arenteiro, todas estas cualidades aparecieron y fueron claves parala victoria grana. Eso ha demostrado que la pretemporada no ha sido engañosa y que el nuevo Nàstic ha llegado para quedarse.

Más allá de acabar con una maldición que rodeaba el conjunto grana desde hace 13 temporadas, el Nàstic brilló por haber realizado un partido muy completo. De hecho, Dani Vidal señalaba en la rueda de prensa posterior al partido que «estoy satisfecho con la plantilla. El desgaste de los jugadores de ataque ha sido mayúsculo, se han sacrificado mucho por presionar al rival y los defensores han sido contundentes. El Arenteiro no ha rematado a puerta hasta los minutos finales del partido».

El Nàstic se mostró especialmente mordaz la primera media hora. De hecho, está donde surgió el único gol del duelo, a través de una jugada de estrategia elaborada en la pizarra de Iván Moreno. Con todo, podrían haber llegado un par más, porque Andy Escudero, Marc Fernández y Jaume Jardí tuvieron sus ocasiones.

De hecho, uno de los grandes cambios del Nàstic con respecto a la última temporada está relacionado con dos de estos jugadores. Jaume Jardí destacó como el más peligroso del encuentro. El reusense se mostró atrevido y capaz de buscar el uno contra uno e, incluso, algunos dos contra uno. La temporada pasada, era más difícil ver los extremos grana con estas ganas de riesgo y, si lo hacían, se acababan envolviendo ellos mismos. De esta manera, el Nàstic se mostró más vertical y con unas transiciones más rápidas. Curiosamente, ni Tirlea ni Joan Oriol destacaron por su profundidad. Aparecieron en algunas ocasiones, pero los extremos centraron toda la acción.

El Nàstic también tuvo sus errores, Vidal señalaba que «tenemos que mejorar la precisión en los últimos metros. Nos ha faltado un poco de tranquilidad. Con más calma, habríamos aprovechado más las ocasiones que hemos tenido». De hecho, a la segunda mitad, los grana volvió a tener más de una ocasión para ampliar el marcador, pero no lo hicieron y tuvieron que sufrir los últimos minutos. El rival de esta semana es el Rayo Majadahonda, así que será el primer test para comprobar si esta mejora se traslada también a domicilio.

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