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Victoria de líder (0-1)

El Nàstic rompe una imbatibilidad local de 17 meses con un gol de estrategia de Trigueros

Victoria de líder (0-1)

Victoria de líder (0-1)CD Teruel

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Este Nàstic es un especialista a la hora de romper maldiciones. Después de ganar el primer partido de liga, los de Dani Vidal rompieron la imbatibilidad de 17 meses del Teruel en su estadio con un gol de estrategia de Trigueros. Los grana empezaron dominando el encuentro, pero este se complicó al segundo tiempo porque el muro defensivo local era contundente. La victoria se tenía que trabajar y, después de aguantar el empuje rival, rompió un empate a cero que parecía predestinado para llevarse los tres puntos a Tarragona. Una victoria de líder.

Dani Vidal volvió a dar un giro al once inicial. Óscar Sanz y Gorka Santamaría fueron titulares por primera vez. Sanz ocupó la posición de Montalvo, que no viajó a Teruel por molestias físicas. A la delantera, Santamaría acompañó a Pablo y Concha y Jaume Jardí se encargaron de las bandas. Por otra parte, Alberto Varo y Pol Domingo mantuvieron su lugar al once.

Los grana estrenaron su cara más merengue con la segunda equipació, que es completamente blanca. Desde el silbato inicial, los de Dani Vidal imponer su guion del partido y el Teruel no pudo hacer uno otra cosa que acatarlo. Los grana dominaban la pelota y los locales se cerraban en defensa. La primera ocasión llegó pronto gracias a Gorka Santamaría. El vasco le birló la pelota a Julen dentro del área rival y se la cedió a Jaume Jardí. El reusense la condujo para buscar un espacio y, de tanto esperar a rematar, dio tiempo a Sanchís para bloquear el tiro.

Los terolencs sufrían con la pelota. El equipo de Víctor Bravo aprovechaba alguna distracción puntual de la defensa grana para acercarse a la portería de Varo, pero no llegaban a rematar. De hecho, se los notaba nerviosos y, a menudo, perdían el esférico por culpa de la gran presión del Nàstic.

Por su parte, los de Dani Vidal tenían la iniciativa, pero no conseguían concretarla con ocasiones. El dominio grana era claro, pero sólo se pudo transformar en un remate claro en los primeros 45 minutos. Borja Martínez robó una pelota en medio del campo y empezó un contraataque. Pablo Fernández la dirigió a la banda hacia Jaume Jardí. El reusense, en vez de centrar, decidió acabar la jugada él mismo. Se adentró en el área y remató en el palo. Vidal se lamentó en la banda y el Teruel aprovechó los últimos minutos de la primera mitad para generar peligro. Varo voló para rehusar una centrada peligrosa y, de hecho, fue la única jugada que tuvo que intervenir a la primera mitad.

Al inicio de la segunda mitad el partido cambió. El Nàstic no consiguió el dominio del primer tiempo, porque el Teruel dio un paso adelante. Con la presión y lucha de los dos equipos, poco a poco, el partido se calentó. En cuestión de diez minutos, el árbitro sacó cinco amarillas. Borja Martínez vio una y Vidal tuvo claro. El partido necesitaba un cambio de rumbo. El técnico grana dio entrada a tres hombres y dejó en el banquillo Borja para evitar una posible expulsión por doble amarillo. También entró Andy Escudero. Vidal quería pelotas en el área y el extremo las dio. De hecho, generó una de las jugadas más claras de la segunda mitad gracias a una centrada lateral. La precisión fue máxima, pero Pablo erró en el remate.

Sin Borja Martínez sobre el césped, el juego del Nàstic se diluyó.

Les imprecisiones eran comunes e, incluso, hubo un momento que los grana perdieron las ideas para buscar el gol de la victoria. El Teruel lo aprovechó para poner una marcha más, pero Varo, imperial, evitó el peligro en todo momento. A medida que pasaban los minutos, el empate a cero se estableció como el resultado más coherente. Los grana supieron sufrir en defensa, con jugadas al límite, pero manteniendo la igualdad en el marcador.

Cuando llegaron los últimos minutos el partido, el Nàstic consiguió un córner que resultó ser vital. Iván Moreno, el segundo técnico grana, saltó del banquillo para señalar la jugada a ejecutar. Los jugadores respondieron al instante y se puso en marcha una nueva jugada ensayada. Con todos los jugadores juntos en el área pequeña, Andy Escudero centró al punto de penalti. De la multitud se separó un hombre, Trigueros, que, liberado de cualquier marca, remató a placer para marcar el gol de la victoria.

La euforia estalló en el estadio de Pinilla e, incluso, los aficionados grana cantaron el Amparito Roca. Con seis minutos de descuento tocaba sufrir la presión del Teruel y así fue. El Nàstic supo desbloquear de nuevo con una jugada ensayada y mantiene encendido su racha inicial.

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