Este Nàstic va en serio (0-1)

El Nàstic sigue en estado de gracia. Este equipo va de verdad. Los de Dani Vidal se mantienen líderes en un partido exigente en el cual se mostraron efectivos a las dos áreas. Por una parte, los grana mostraron su picadura con un gol de contraataque de Andy Escudero. A la segunda mitad, tocaba defender en el barro y supieron aguantar el Lugo sin ceder un centímetro. Los tarraconenses continúan líderes y son el equipo más en forma de la categoría.

El partido fue de menos además. Dos equipos de gran envergadura chocaban en el terreno de juego y se planteaba un partido muy táctico desde el primer minuto. El primer susto lo tuvo el Nàstic. Cada servicio de lado ejecutado por César Morgado se convertía en un centro en el área y, en el primero, Varo hizo una mala salida, pero Antoñín no tuvo la fortuna de rematar cuando la portería grana estaba vacía.

Este aviso sirvió para despertar al Nàstic que, poco a poco, hizo un paso adelante. En uno de estos ataques, los de Vidal consiguieron una falta en la frontal del área. Jaume Jardí asumió el protagonismo y la remató de forma directa, pero Tabuaço voló para parar el gol. El portero portugués del Lugo se presentó al partido con la intención de ser el más destacado.

De un momento en otro, el ritmo del partido cambiaba a favor de los dos equipos. El Lugo tuvo minutos para generar peligro y, poco después, les tuvo el Nàstic. Así fue hasta la llegada de la pausa de hidratación. A la reanudación, el Nàstic cogió el control. Los grana empezaron un asedio en la portería rival que, entre Tabuaço y los dos pilares Morgado y Bernardo, el Lugo conseguía aguantar.

Este Nàstic no es líder por fortuna y así lo demostró casi en el último minuto de la primera mitad. Un rechazo de Trigueros en defensa se convirtió en una jugada de peligro. Pablo Fernández hizo la magia y, con un toque de calidad con la punta del pie, controló el rechazo en medio del campo. El asturiano vio la carrera de Marc Fernández y habilitó la jugada. La extrema grana se plantó al área rival y remató con potencia a puerta. Tabuaço, de nuevo, voló y detuvo el chute estirándose al máximo, pero no fue suficiente. El rechazo cayó al área pequeña y allí estaba Andy Escudero. El extremo alicantino no dudó y, al primer toque, marcó el primero del Nàstic.

Con el segundo gol consecutivo d'Escudero, el Nàstic se marchó al descanso por delante en el marcador.

A la reanudación, el Lugo salió con todo. Los gallegos querían el empate y lo demostraron casi a la primera jugada de la segunda mitad. Javi Vázquez centró en el área y Nacho no llegó a rehusar. La pelota le cayó a los pies de Ledesma que, inexplicablemente, no pudo rematar a puerta aunque estaba solo dentro del área.

Este fue el primer aviso, pero desencadenaría la tónica del segundo tiempo. El Nàstic tenía que apretar los dientes y aguantar el asedio del Lugo en la portería de Varo. La calidad individual de los de Munitis apareció y el Nàstic encendió la luz de alerta defensiva. Con la pelota los pies, los grana no conseguían ni hacer tres pasadas. Era momento de sufrir y defender, y así lo hicieron.

Tocaba defender en el barro y el Nàstic lo hizo. El Lugo se acercaba cada vez más e, incluso, tuvieron polémica. Gorostidi hizo una falta peligrosa cerca de la línea del área del Nàstic. De hecho, la grana tiró al suelo al atacante gallego sobre la línea, pero el árbitro la vio fuera.

El Nàstic llegó a la pausa de hidratación, pero esta vez no hubo bravatege mágico y la tónica se mantuvo. Vidal movió ficha e introdujo Dufur. La orden estaba clara, tocaba poner el autobús detrás.

El árbitro añadió hasta siete minutos e, incluso, se jugaron ocho, pero este líder no cedió ni un centímetro. Continúa el sueño.