Riazor, la olla a presión que el Nàstic tiene que superar para vencer al Deportivo

El Nàstic de Tarragona tiene este domingo el desplazamiento más complicado de toda la temporada. Los de Dani Vidal visitarán Riazor, el feudo del Deportivo de la Coruña, el domingo a las 19 horas. El estadio gallego reúne en cada partido como local a 25.000 personas en las graderías. Eso es una rara avis en Primera Federación y lo sitúa como un escenario con más público que algunos partidos de Segunda División. El Deportivo de la Coruña es un club histórico y su masa social es abundante y exigente. Eso convierte Riazor en una olla a presión, un infierno para los equipos visitantes, pero también para los gallegos.

Después de la victoria contra el Sabadell por la mínima en la pasada jornada, los de Imanol Idiakez se han puesto una tirita en la herida del mal inicio de liga, se han catapultado fuera de la zona de descenso, donde habían caído con la última derrota en casa. Los gallegos todavía no han ganado delante de su afición y, si el Nàstic consigue poner las cosas difíciles, podía esparcir nervios entre la afición y los jugadores. Un nuevo mal resultado en casa podría volver a poner el foco sobre la figura de Imanol Idiakez, que fue discutida antes de llevarse los tres puntos contra el Sabadell.

Pero Riazor no es el único escollo que el Nàstic tiene que superar. A pesar del mal inicio de curso, con cinco empates, dos derrotas y sólo dos victorias a domicilio, la plantilla del Deportivo tiene el potencial y la calidad suficiente para situarse entre las tres primeras de la categoría. Este mercado de verano se ha reforzado con trece caras nuevas y, la gran mayoría, llegan de Segunda División o han tenido una larga experiencia en el fútbol profesional. En la entrevista en el Diari Més, Pablo Trigueros puso el punto de mira en la defensa gallega y la realidad es que esta está siendo una de las notas destacadas del equipo.

Pablo Vázquez llegó a la Coruña procedente del Cartagena de Segunda División y se ha convertido en el Pablo Trigueros del Deportivo. El de Gandía tiene un perfil similar y, como el grana, ha empezado el curso con dos goles. Vázquez es una amenaza aérea y fue el responsable de salvar un punto en dos partidos con remates de cabeza al segundo palo. Defiende, ha mantenido la solidez y, contra el Nàstic, recupera a su compañero Pablo Martínez, que vuelve de cumplir un partido de sanción.

El talento continúa en la medular. José Ángel, ex del Tenerife, y Salva Sevilla forman el centro del campo deportivista. Sevilla, a sus 39 años, llegó a Coruña después de alcanzar el ascenso a Primera División con el Alavés. Este cambio de categoría no es una excepcionalidad en su carrera, hace seis temporadas ya decidió bajar de Primera División a Segunda B para formar parte del Mallorca de Vicente Moreno, un proyecto que acabó volviendo a Primera División.

El talento en la delantera es abundante. Dejando de lado a Iván Barbero, que no jugará por lesión, el Deporitvo cuenta con Lucas Pérez, un delantero que hace un año estaba en primera. También destacan los extremos Hugo Rama y Pablo Valcarce y, además, el joven Martín Ochoa se unió al equipo marcando el gol de la victoria contra el Sabadell. A pesar de la situación actual del equipo, el Deportivo destaca por la cantidad de ocasiones que genera, así que el Nàstic tendrá que concentrarse los 90 minutos para evitar repetir las debilidades de los anteriores partidos.