El Nàstic se ahoga en Riazor (1-0)
Un gol mal anulado al Nàstic y la superioridad del Deportivo a la segunda mitad condenan la conjunta grana
El Nàstic de Tarragona se ahogó en Riazor. Los grana empezaron fuertes a la primera mitad e, incluso, consiguieron un gol que fue anulado de forma rigurosa. En la segunda mitad, el Deportivo se hizo enorme y, a base de golpes de martillo, doblaron el juego de la conjunta grana. Los de Dani Vidal quedaron anulados y Pablo Martínez, a la salida de un córner, marcó un gol que deja al Nàstic sin liderazgo y sumando la cuarta jornada sin ganar.
Vidal retocó el once con sólo dos cambios, pero fueron una declaración de intenciones. Marc Montalvo volvió a la titularidad y, al lado de Borja Martínez, tenían el objetivo de dominar el partido desde la posesión y el control en la medular. Una apuesta que funcionó hasta que los dos mediocampistas vieron una tarjeta amarilla.
El Nàstic fue quien empezó con más fuerza el partido. Los grana tuvieron la primera ocasión pronto, tan pronto como dispusieron de un servicio de esquina. La pelota fue al segundo palo, pero Mackay paró el remate de Nacho. Trigueros tuvo el rechazo dentro del área, pero la defensa del Deportivo consiguió bloquear el remate y el posterior control de Pablo. Un minuto después, Andy Escudero intentó sorprender Mackay con un remate desde el medio del campo. La pelota salió fuera, pero fue un buen indicativo de la confianza del equipo en un escenario adverso como es Riazor.
Los grana se mostraron sólidos al inicio del partido. Pablo Trigueros se anticipaba en las pasadas rivales para cortar las ocasiones antes de que ocurrieran y, en ataque, el Nàstic cada vez generaba más peligro. El Deportivo intentaba asfixiar la salida de la pelota grana, pero con Andy Escudero el Nàstic siempre encontraba el camino. El extremo estaba mostrando una de sus mejores versiones y, con Marc Fernández, inició un contraataque peligroso. El mismo Escudero centró hacia Pablo, que estaba solo en la frontal, pero el delantero dejó pasar la pelota y Paris Adot, lateral del Deportivo, alejó el peligro. El Nàstic mostraba que, con poco, podían plantarse a la portería rival. A la siguiente jugada, el Nàstic no falló. Borja Martínez analizó el terreno y centró con precisión en el segundo palo. Jaume Jardí no llegó, pero Marc Fernández sí y marcó lo que habría sido el primero. Quien sí falló fue el árbitro. Éder Mallo anuló la diana por una falta inexistente de Jardí. En el intento de remate, Jardí entró en contacto con el defensor, pero fue blando e insuficiente para desequilibrarlo. Con todo, el árbitro no lo vio así.
El Deportivo cogió aire después del dominio grana y empezó a controlar el duelo el encuentro. El Nàstic pasó a la defensiva. Los de Imanol Idiákez despertaron en las postrimerías de la primera mitad. Varo tuvo que aparecer para detener un chute cruzado de Hugo Rama para evitar el primer gol del partido justo antes del descanso.
A la reanudación, el guion del partido cambió por completo. Después del fuerte inicio del Nàstic con una controlada primera mitad, el Deportivo puso una marcha más en la segunda. Los gallegos salieron de los vestuarios con el cuchillo entre los dientes y, en cinco minutos, consiguieron generar el doble de ocasiones que hicieron a la primera mitad. El poder del Deportivo fue in crescendo y el Águila de la Canonja voló para evitar los goles. Primero, se anticipó a Lucas Pérez para malbaratar una situación de uno contra uno y, después, se estiró para evitar todo un golazo de Hugo Rama.
Los de Imanol Idiákez empezaron a ahogar el Nàstic. La presión a la salida de pelota era contundente y los grana no podían hacer ni dos pasadas seguidas. El Deportivo picó piedra. Poco a poco, sus ocasiones eran más abundantes y más peligrosas y los de Dani Vidal empezaban a estar sobrepasados. El técnico grana movía banquillo para intentar que el equipo cogiera aire, pero fue insuficiente. El poder del Deportivo fue superior y consiguió el premio. En un servicio de esquina, Pablo Martínez fue superior al segundo palo y mató el partido con un potente cabezazo. Riazor enloqueció y el Nàstic se desbordó.
El Deportivo mostró la imagen de lo que se espera de una plantilla con tanta calidad y siguió presionando. Concha acabó expulsado por dos amarillas evitables y, con un hombre menos, el Nàstic acabó cayendo derrotado a Riazor. Los grana pierden el liderazgo y, ahora, piensan en la Copa del Rey del miércoles.