Diari Més

Incapaces de marcar un gol (0-0)

El Nàstic no supo como perforar la portería de un Sestao que sólo buscaba el empate y Marc Fernández erró la más clara del partido

Incapaces de marcar un gol (0-0)

Incapaces de marcar un gol (0-0)Gerard Martí

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Este Nàstic tiene un problema serio con el gol. Los de Dani Vidal fueron incapaces de marcar en un Sestao River que llegó con un plan de juego sencillo: no arriesgar y aguantar el empate. Los vascos casi no propusieron, pero el Nàstic lo hizo sin ideas. Los grana se desdibujaron con el paso de los minutos y ni Jaume Jardí ni Marc Fernández fueron capaces de acertar entre los tres palos con la portería vacía. Ninguna de las múltiples ocasiones que los grana tuvieron entre la primera y segunda mitad fueron suficientes y los de Vidal acabaron precipitándose y atacando sin ideas.

Dani Vidal decidió mover un par de piezas con respecto al duelo contra el Osasuna Promesas. Como es habitual, Pablo Fernández cambió de pareja a la delantera y estuvo acompañado por Jaume Jardí. Además, Pol Domingo se quedó en el banquillo para dar entrada a Tirlea. Mario Rodríguez repitió titularidad en la banda izquierda. De hecho, él mismo fue el primero que movió ficha en el partido.

El Nàstic empezó con las ideas claras. Entre ceja y ceja, estaba la portería rival y, en la primera jugada, los grana ya probaron puerta. Mario Rodríguez cogió el esférico en la banda izquierda, dribló un defensor para encontrar un espacio en la frontal del área y remató, pero la pelota se marchó fuera. A partir de este primerremate, el Nàstic se apropió del campo contrario. Si no tenían la pelota, asfixiaban la salida de pelota del Sestao River. El conjunto vasco mostró sus debilidades y el Nàstic las aprovechó y apretó el acelerador.

Andy Escudero y Pablo Fernández se convirtieron en la pareja del partido. El alicantino filtró una pasada entre los defensores hacia Pablo, que se había desmarcado. El asturiano dudó a la hora de rematar y, con la presión de un defensor, acabó enviando la pelota a córner. El conjunto vasco no tuvo tiempo para descansar y, en el mismo servicio de esquina, Pablo volvió a aproximarse al gol. De nuevo, Andy Escudero fue el asistente. El diez del Nàstic puso el esférico en el segundo palo y el asturiano remató de cabeza picante la pelota en el suelo. La intención era muy buena, pero la trayectoria del esférico fue a parar al único defensor que guardaba la portería, que evitó el gol a la misma línea. Poco después, el mismo Escudero probó suerte con un chute lejano que se marchó fuera.

Los grana mostraron una muy buena cara en estos primeros veinte minutos, sin embargo, cuando el empuje de los primeros minutos pasó, el Nàstic se volvió gris. A los grana se les notaba tensos, y eso lo transmitían con pasadas demasiado precipitadas. Les jugadas morían con pilotadas hacia donde no había nadie, o pasadas filtradas imposibles. Incluso, en una jugada en pelota parada, Escudero, en vez de centrar, hizo un pase raso hacia un jugador rival. Por suerte, el alicantino detuvo el contraataque.

El Sestao no pretendía coger la iniciativa del partido, pero cuando tenía las ocasiones, atacaba con seguridad. Los vascos detectaron un agujero por la banda derecha. Les subidas de Tirlea dejaban un espacio en el cual el Sestao centró los ataques. En tres pasadas, se plantaron anteVaro, pero el árbitro anuló la jugada por fuera de juego. Aunque la acción estaba invalidada, era un ejemplo de lo que podía sufrir el Nàstic si les daba la oportunidad.

El Nàstic había perdido la seguridad de los primeros minutos, y, después, las aproximaciones fueron más tímidas. En cambio, el Sestao dio un paso adelante. De nuevo, una jugada rápida al contraataque provocó el primer susto grana. En tres pasadas, los vascos se plantaron al área pequeña, pero Trigueros estaba allí para evitar el peligro. Aunque la intensidad no fue la misma, los grana tuvieron una nueva ocasión por parte de Pablo. Montalvo centró con potencia al punto de penalti y el asturiano remató a manos del portero. Fernández era la referencia al ataque, y casi la única en la cual centrar los esfuerzos. La última de la primera mitad la tuvo Trigueros, el central remató una jugada al punto de penalti, pero la pelota no encaró los tres palos.

A la reanudación, el Nàstic tuvo la de las mejores ocasiones de todo el partido. En un servicio en pelota parada, Borja centró en el segundo palo. Allí apareció Jardí. El reusense estaba a solas en el área pequeña, la portería estaba vacía con el portero vencido, pero el rematefue fuera.

Por su parte, el Sestao River continuó a su ritmo. Su plan de partido era fácil. Los vascos no arriesgaron, el empate los convenía y sólo esperaban que el Nàstic les habilitara un contraataque. Con todo, los minutos pasaban y el Nàstic se mostró como nunca había pasado esta temporada. Los de Dani Vidal no tenían ideas. No sabían cómo atacar y por dónde hacerlo. Los cambios tampoco lo facilitaron. Ni Gorka ni Marc Fernández mejoraron nada. De hecho, este último tuvo la mejor ocasión del partido. Un rechazo de Dufur se convirtió en asistencia. Los defensores del Sestao no se entendieron y dejaron la pelota para Marc Fernández. El delantero estaba solo. Dribló al portero, se hizo el espacio y envió la pelota fuera. El de Corbera de Llobregat, de la misma manera que contra el Orihuela, erró el gol de la victoria y, poco después, se retiró del terreno de juego por lesión, dejando el Nàstic con un hombre menos en los seis minutos de descuento. Los grana lo probaban más con corazón que con el cerebro, y no fueron capaces de marcar un gol a un débil rival que no intentó nada en el partido.

tracking