Tres puntos de premio a la perseverancia del Nàstic
Los grana ganaron en confianza después de romper la mala dinámica de resultados con un estilo similar al de los últimos duelos, pero con más acierto
El Nàstic de Dani Vidal volvió el sábado al camino de la victoria después de siete jornadas perdido en un desierto de empates y derrotas. Los grana fueron perseverantes. El juego que realizaron no distó mucho en lo que mostraron contra el Real Unión de Irún y el Sestao River, pero el resultado fue diferente. Esta vez, las múltiples ocasiones acabaron con uno contundente 3-0. Con respecto a la defensa, el único error fue el del árbitro a la hora de silbar un penalti inexistente de Joan Oriol, pero el Nàstic estuvo acertado incluso en esta ocasión y Alberto Varo lo paró.
La victoria fue el golpe de confianza necesario para un equipo que mostró que tiene las ideas claras. Eso se vio tanto en la celebración de los goles, en la cual participó incluso a los suplentes, como en el juego. Dani Vidal destacó en la rueda de prensa posterior al partido que «a nivel anímico estamos felices y eufóricos, recibimos garrotazos que no merecíamos, porque hemos hecho partidos hasta ahora de puntuar más de lo que conseguimos. Hemos picado piedra para salir de esta dinámica negativa».
Todo lo que el sábado podía salir bien, salió bien. Si contra el Sestao River Marc Fernández erró uno mano a mano contra el portero porque apareció un defensor que desvió la pelota con el pecho, contra la Cultural, cuando Bañuz le detuvo el duelo a Pablo, esta vez la pelota quedó muerta en el área, perfecta para que el asturiano rematara con la cabezapara poner el 2-0.
Esta victoria resulta un premio para todo el entorno grana. Ni el equipo ni la afición perdieron la confianza en el método, aunque no funcionó en los últimos partidos. La línea marcada era la adecuada y el movimiento de Andy Escudero fue clave. El extremo alicantino se situó en la media punta y Pablo quedó como único en lo referente a la delantera. A su tiempo, Jaume Jardí se abrió a la banda derecha, donde acostumbra a brillar con más fuerza. Fueron movimientos sutiles, pero que hicieron mover el engranaje de todo el equipo. En més,el Nàstic también respondió en su punto más fuerte: la pelota parada. La Sant Magí volvió a funcionar. Vidal subrayó que «Borja Martínez tiene aquel córner interiorizado y lo ejecuta a la perfección». Trigueros se encargó de marcar el tercero que, con Varo parando el penalti, fue la fiesta que necessiava el Nou Estadi.
Aunque no ha habido un cambio en la tabla, los grana continúan en tres del play-off , sí que ha habido uno en el equipo.