Ciclismo de ultradistancia
Una aventura de múltiples caminos
La tercera edición de la Kromvojoj volvió a poner Reus en el mapa de las carreras de ciclismo de ultradistancia
Una ruta, muchos caminos, este es el lema de la Kromvojoj, la carrera de ultradistancia única en Cataluña que volvió a poner en Reus en el mapa. Kromvojoj es una palabra del esperanto que describe posibles y varios caminos y este es, precisamente, el espíritu de esta ruta de 1.385 kilómetros que recorre toda Cataluña y que tiene como epicentro la ciudad de Reus.
Este año fue la tercera edición y 69 valientes salieron desde la capital del Baix Camp el último 11 de mayo por la noche en una aventura que llevó a Etienne Pousse, el más rápido, a completar el recorrido en 3 días y 9 horas. La distancia no es el único obstáculo, sino que la verdadera aventura es que el circuito se tiene que completar con autosuficiencia, sin ayuda a la hora de afrontar los obstáculos del camino.
La idea de la carrera se propulsó entre el reusense Joan Carrillo y sus compañeros Tomás Montes, Oriol Hernández y Bernat Manzano. «A partir de una operación que tuve, el médico me recomendó hacer bicicleta sin miedo», señaló Carrillo. El reusense acató el consejo: «En 2016 hice una prueba de 200 kilómetros, al año siguiente una de 300 y meses después probé la CAT700. A partir de aquí di el salto a Europa por la Transcontinental», destacó Carrillo. Su experiencia en Europa hizo que se diera cuenta de que «tienes que atravesar 17 países para encontrar la diversidad paisajística que tenemos en Cataluña», subrayó. Además añadió que «nosotros eso lo hacemos por el amor al ciclismo. No ganamos ni un euro por la carrera ni lo ganaremos, todo lo que recaudamos sirve para reinvertirlo en la próxima edición», apuntó.
El objetivo de esta carrera era establecer una aventura que sirviera como reto personal y autoconocimiento. «Proponemos una ruta fijada en la que los corredores tienen que pasar por diferentes puestos de control, pero no hay límite, cada uno lo tiene que recorrer a su ritmo», apuntó Carrillo. Además, añadió que «la ruta sigue carreteras secundarias y diferentes parajes. La soledad y la autosuficiencia son el espíritu de la carrera».
Los ciclistas participantes no pueden aceptar ninguna ayuda en su recorrido. No pueden recibir comida de nadie, la tienen que ir a comprar ellos mismos, si pinchan una rueda, tienen que buscar ellos la solución y, para dormir «hay quien duerme en un trozo de césped, en un parque o en un cajero automático. También pueden ir a un hotel u hostal, pero no lo pueden tener reservado con antelación», apuntó Carrillo.
Con respecto a Etienne Pousse, el ganador, sólo durmió la segunda noche, el resto pedaleó sin descanso hasta llegar de nuevo a Reus. De hecho, Carrillo señaló que una norma no escrita es que «se tiene que pedalear la primera noche y la última».
Cada ciclista tiene su camino y su aventura. «Han participado en la carrera desde exprofesionales como Molly Weaver hasta gente que participa para celebrar sus 50 años. Hay quien quiere llegar el primero y quien lo hace a su ritmo. Cada uno lo ha vivido a su manera. Los que repiten tampoco viven la misma experiencia. Esta es la esencia de la Kromvojoj, una ruta, muchos caminos».
El año que viene, la Kromvojoj volverá de nuevo a Reus. Desde el Ayuntamiento, el compromiso también es firme. El concejal de Salud y Deportes del Ayuntamiento, Enrique Martín, destacó que «para nosotros es un orgullo darle apoyo y que la ruta parta de nuestra ciudad, que es un enclave ideal por su fácil acceso a la red de carreteras que conecta el país de norte a sur».