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El CV Sant Pere i Sant Pau encuentra la fórmula mágica de la victoria en su fortín

Los de Vlado Stevovski salen del descenso con una victoria contra el San Roque con el pabellón del barrio lleno

Los jugadores del CV Sant Pere i Sant Pau celebrando un punto conseguido esta temporada en su pabellón.Tjerk van der Meulen

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El pabellón de Sant Pere i Sant Pau se ha convertido en el mejor de los avales del CV Sant Pere i Sant Pau. El conjunto tarraconense alcanzó el último sábado una victoria de autoridad contra el San Roque que significó la salida por primera vez de las posiciones de descenso. Los rojillos lo consiguieron espoleados por una afición que hizo vibrar el pabellón para convertirlo en un fortín impenetrable. Esta fue la fórmula mágica de las vicorias.

El duelo contra el San Roque estaba señalado en el calendario. No sólo porque era el último en el pabellón del barrio del año, sino porque era el enfrentamiento contra un rival directo de la parte baja. Después de sumar una victoria contra el Palma y puntuar contra el Arenal Emevé y el Almería en casa, los rojillos buscaban una nueva victoria para salir de las posiciones de descenso. Y tuvieron que sudar para conseguirlo.

El conjunto canario se adelantó en el marcador. Después de alcanzar un cojín de cinco puntos, los visitantes se llevaron el primero set por 23-25. En el segundo set, las sensaciones se mantuvieron en los primeros compases. El electrónico se situó en un peligroso 13-17. Con el equipo en el suelo, el pabellón se levantó. No había ni un solo asiento libre en las graderías. No había espacio ni de pie. No faltaba nadie. De hecho, esta imagen se ha repetido en todos los partidos de esta temporada.

El pabellón de Sant Pere i Sant Pau no perdió la fe y Vlado Stevovski hizo un cambio en la pista que lo cambió todo. El joven colocador Pablo Rosales entró en la pista y los cooperativistas convirtieron un 13-17 en un 19-17. Las jugadas empezaron a funcionar.

Gerard Osorio, con un cañón en la mano derecha, desmenuzó el muro defensivo del San Roque para sumar punto tras punto. Elio Carrodeguas, Moisés Vásquez y Julián García Torres crecieron en el bloqueo. Incluso, el venezolano se animó para anotar con unas fintas precisas.

El mismo pabellón acompañó al Sant Pere i Sant Pau en la anotación, porque en más de dos ocasiones, los controles de los canarios acababan chocando con el techo, lo que significaba que la pelota había salido fuera y era punto para los locales.

De esta manera, los rojillos igualaron el encuentro y también cambiaron el ritmo del partido. Ahora, quien mandaban eran los locales. Pablo Rosales era la pieza en el engranaje que movía el ataque cooperativista y Gerard Osorio se convirtió en el brazo ejecutador.

Todo sumado al bloqueo de las dos torres rojillas y a las buenas acciones del libre Isak Martí cerraron el segundo set con un contundente 25-18. Con el 2-1, los de Vlado Stevovski aguantaron un intercambio de golpes para, con el 16-17 en el electrónico, romper el partido y llevarse los tres puntos con el 25-21 y alcanzar una victoria que hizo estallar el pabellón de euforia.

Un fortín como el de antes

El técnico cooperativista, Vlado Stevovski, destacó que «el público ha sido con nosotros desde el principio hasta el final, pero nos ha levantado sobre todo en el segundo set, cuando peor estábamos. Sólo tengo palabras de agradecimiento en este último duelo del año. Nos veremos en enero para sumar más victorias».

Al principio de temporada, Stevovski apuntó a Diari Més que la clave para afrontar la Superliga era hacer del pabellón de Sant Pere i Sant Pau un fortín. Así fue ahora hace más de una década cuando, con Stevovski como jugador, el equipo tarraconense sorprendió a todo el mundo en la élite del voleibol estatal.

Este año, con el retorno de los cooperativistas a la máxima categoría, los rojilos han encontrado la fórmula mágica de las victorias donde siempre, en el pabellón de Sant Pere i Sant Pau, que les ha mostrado que la salvación es más que posible.

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