Proyectos
Así era el ambicioso proyecto frustrado de nuevo estadio del Nàstic en Camp Clar
Un estadio moderno y una ciudad deportiva de primer nivel que quedaron enterrados por la crisis económica y la falta de financiación
Hace casi 20 años, el Ayuntamiento de Tarragona y el Nàstic de Tarragona pusieron en marcha un ambicioso proyecto para construir un nuevo estadio y la ciudad deportiva en la zona de Camp Clar. La idea era trasladar el emblemático Nou Estadi a unos terrenos situados en este barrio de la ciudad, mejorando las instalaciones y aumentando la capacidad del estadio para 17.500 espectadores (actualmente no llega a las 15.000 localidades). El objetivo era crear una infraestructura moderna, inspirada en los grandes estadios ingleses, que no sólo sirviera para el primer equipo, sino que también acogiera varios campos de entrenamiento.
La propuesta fue presentada oficialmente el 11 de diciembre de 2007. El proyecto, valorado en unos 23,5 millones de euros, incluía no sólo el estadio, sino también la creación de una ciudad deportiva con cuatro campos de fútbol 11 y dos de fútbol 7. La idea era financiar la construcción mediante la venta de los terrenos del Nou Estadi, en la zona de la Budallera, donde se preveía la construcción de pisos.
Tarragona
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No obstante, la crisis financiera global que empezó a finales de 2007 complicó enormemente el proyecto. Les dificultades económicas y las diferencias con la constructora PAI, que pidió un sobrecoste considerable en su ejecución, acabaron por parar el proyecto. El 11 de noviembre de 2008, el Ayuntamiento de Tarragona y la constructora rescindieron el contrato, dejando el futuro del estadio en el aire.
La situación generó un gran malestar en el barrio de Camp Clar, donde se creó la plataforma «Tots som Nàstic», formada por vecinos que exigían el cumplimiento de la promesa de implantar el nuevo estadio en la zona. La plataforma consiguió más de 5.000 adhesiones, e incluso se especuló con la posibilidad de que el proyecto se reactivara en los años siguientes.
No obstante, en 2012, el descenso a Segunda División B del Nàstic hizo que la prioridad fuera la reestructuración del club y no el nuevo estadio. Les dificultades económicas y la imposibilidad de obtener créditos durante los siguientes años alejaron todavía más la construcción de la ciudad deportiva, un proyecto que, aunque se mantenía en el papel, no vio la luz hasta 2021.
Finalmente, el año pasado, se inauguró una nueva ciudad deportiva en la zona de Camp Clar, pero con un planteamiento diferente al del proyecto original. Esta nueva infraestructura, mucho más modesta que el inicialmente pensada, fue posible gracias a la recalificación de los terrenos y la venta de los suelos de la Budallera. Aunque el proyecto inicial nunca se llevó a cabo, la nueva ciudad deportiva ofrece al Nàstic unas condiciones de entrenamiento mejores que las de hace 20 años, dando al equipo una instalación de referencia, todo y que sin el grandioso estadio que se soñó al principio.
Con el tiempo, el sueño de un nuevo estadio en el barrio de Camp Clar se ha desvanecido, pero la ciudad deportiva del Nàstic sigue siendo una gran oportunidad para el crecimiento del club y la mejora de sus instalaciones.