‘Super Mario’ salva el Nàstic
El Nàstic ganó más que tres puntos contra el Tarazona y los goles de Jardí y Mario dieron la vida a Dani Vidal
Mario Rodríguez consiguió más que tres puntos al último suspiro de partido. Pablo Fernández peinó una pilotada hacia Jaume Jardí. Este, hizo la pasada de la muerte para Mario que, con un toque decidido, dio una victoria importantísima para el Nàstic contra el Tarazona. Cualquier otro resultado que no fuera la victoria habría supuesto la marcha de Dani Vidal, pero los grana hicieron valer el lema hasta el final para superar el Tarazona con un triunfo que mostró la unidad entre entrenador y jugadores.
El protagonista de los primeros minutos fue la exgrana Marc Trilles. En su retorno al Nou Estadi, recibió los aplausos de la afición grana. Con todo, la suerte no estuvo de su parte. En la primera acción del partido, el valenciano luchó una pelota aérea y en la caída se lesionó. Los compañeros lo vieron enseguida y, de hecho, el árbitro dio entrada a Protección Civil directamente, que se lo llevaron hacia el hospital bajo el calor de los aplausos de los aficionados del Nàstic.
Los de Dani Vidal querían continuar el juego en campo contrario y, poco después de la reanudación, Pablo Fernández tuvo la primera acción. El asturiano recibió un pase en profundidad de Joan Oriol casi en la línea de fondo y se generó la oportunidad de gol. El delantero superó el duelo contra Pedreño y entró en el área. Desde el vértice derecho de la portería, Pablo buscó el tiro colocado al palo derecho de la portería de Yoel, pero la pelota salió lamiendo el palo izquierdo.
Después de esta acción, el partido poco a poco perdió intensidad en las jugadas para convertirse en una lucha constante entre atacantes y defensores de los dos equipos. Los grana no tenían la fluidez y la decisión en ataque y el Tarazona, aunque estaba errático, encontraba la manera de hacer trabajar a Varo gracias a una inseguridad general a la defensa grana por la falta de contundencia. Cubillas tuvo la primera por parte de los visitantes con un tiro desde la frontal que salió fuera.
El juego era espeso. El Nàstic no encontraba la manera que la máquina funcionara con fluidez, pero lo que no salía desde el medio del campo, salió con las jugadas de estrategia.
Una falta en medio del campo se convirtió en una ocasión clara. Andy Escudero y Borja Martínez se prepararon para la jugada ensayada. La primera centrada no encontró rematador, pero el árbitro decidió repetir la acción por una falta previa. En el segundo intento, el Nàstic recogió los frutos del trabajo de la pizarra de Iván Moreno. Andy alcanzó el momento de la centrada esperando el movimiento de los compañeros y, cuando Trigueros y Jardí se movieron desde la segunda línea hacia el remado, el alicantino golpeó con precisión milimétrica. El central del Tarazona, Carlos Javier, cortaba la línea de fuera de juego y Jardín, completamente solo, remató de cabeza para marcar el primer gol. Los jugadores no dudaron y todos, con Jaume Jardí al frente, fueron a celebrarlo con un gran abrazo con Dani Vidal.
El gol premió un Nàstic que no estaba encontrando su mejor versión. Los grana no encontraban el medio del campo. Tanto Montalvo como Borja Martínez estaban completamente anulados y eso provocó que los de Dani Vidal no encontraran la manera de generar peligro más allá de la pelota parada.
En la reanudación, un error individual volvió a poner el partido en el punto de inicio. En la primera jugada de la segunda mitad, Cocca colgó una pelota en el área grana. Era una centrada fácil para el portero, pero Varo erró en la salida y no cogió la pelota. Esta pasó por debajo de sus brazos y golpeó en la cintura de Cubillas, que no se esperaba tener que rematar, pero, de rebote, la pelota acabó dentro. Más que un jarrón de agua fría, eso fue todo un puñetazo en la cara de los grana que veían cómo el Tarazona, con el trabajo hecho, se replegaba en defensa.
Los grana volvieron a la carga con el corazón y no tanto con la cabeza. Con todo, Concha tuvo el gol con uno remado desde la frontal que Yoel rehusó. Pablo Fernández no llegó por milímetros a rematar la pelota muerta en el área pequeña y Trigueros forzó un córner que mantenía el peligro cerca de la portería rival. Sin embargo, el Nàstic no encontraba la manera de rematar con claridad. Los grana centraban y centraban, pero no conseguían nada. Quien mejor opción tuvo fue Jardí. El reusense recibió un córner en el segundo palo, pero el suyo remado con la pierna fue demasiado blando.
La desesperación en los grana crecía minuto a minuto. Por otra parte, el Tarazona arañaba según para cerrar el partido. Joan Oriol y Marc Fernández probaron suerte desde la frontal del área, pero las pelotas no fueron entre los tres palos. Ya en el tiempo añadido, Escudero hizo una centrada lateral que un defensor del Tarazona sacó con el brazo. Pero el árbitro no vio el penalti.
La pérdida de tiempo de los visitantes concedieron un minuto más de oxígeno que los grana aprovecharon. Jaume Jardí hizo la pasada de la muerte a un enérgico Mario Rodríguez. El extremo se plantó delante de Yoel y con uno remado decidido, provocó la euforia en el Nuevo Estadio. Mario marcó el 2-1 que significó más que tres puntos. Los jugadores grana se abrazaban, por una parte, y, de otra, Dani Vidal entró dentro del terreno de juego para recibir el abrazo de Varo. El portero era consciente de que su error podría haber condenado a un técnico que sabía que, en casa, sólo valía la victoria. Y el Nàstic lo consiguió luchando hasta el final.